viernes, 25 de diciembre de 2009

RECETA PARA ESTA CENA



Receta para Cena de Fin de Año.


Tomado de la web: Reflexiones Diarias.



INGREDIENTES:

FAMILIA (es aquí donde todo comienza)



AMIGOS (nunca deben faltar)



RABIA (si existe que sea POCA)



PACIENCIA (la mayor cantidad posible)



LAGRIMAS (secarlas todas)



SONRISAS (las más variadas)



PAZ (en gran cantidad)



PERDÓN (muchísimo y de diversas maneras)



ENEMIGOS (de ser posible, ninguno)



ESPERANZA (no perderla jamás)



CORAZÓN (mientras más grande, mejor!)



AMOR (puede abusar)



CARIÑO (importante!!!)



SUEÑOS E ILUSIONES (todos los que tengas)



AGRADECIMIENTO (por nada del mundo podría faltar)



DIOS (es la esencia de la receta)



MODO DE PREPARAR:



Reúne a tu familia y tus amigos.Olvídate de los momentos de rabia y desesperación pasados. Si necesitas, usa toda tu paciencia. Seca las lágrimas y sustitúyelas por sonrisas. Junta la paz y el perdón y ofrécelo a tus enemigos. Deja que la esperanza crezca en tu corazón. Agregar a la mezcla anterior, todo el amor y el agradecimiento que tengas y muchísimas ganas y cariño. Poco a poco ve incorporándole a la receta, tus sueños y tus ilusiones. Y colocándolo al calor de tus esperanzas, encomienda todo a Dios.



RECORDAR:



No siempre los ingredientes de la vida son gustosos, por lo tanto hay quesaber mezclarlos como se van ofreciendo y presentando, y hacer con todo un plato de buen sabor. …Y no se olviden de tener cerca todos los días esta receta. Aunque algunos ingredientes en estos tiempos parecen difíciles deconseguir podemos obtenerlos con un poco de esfuerzo y si mezclamos bien nuestro plato será único e inolvidable.



Entonces: ¡Manos a la obra! Puedes empezar hoy y recordar siempre este día ya que es posible renacer y hacer de nuestra vida una vida diferente… No depende de otros… No depende de lo que tengas o de lo que te falta… Solamente depende de ti y de tu amor por la Familia.

jueves, 10 de diciembre de 2009

EXCELENTE REGALO DE INICIO DE AÑO!!

CURSO DE FORMACIÓN PARA HOMBRES


(COMIENZA EL 1 de ENERO DE 2010. VACANTES LIMITADAS)






















SEDE: INSTITUTO DE FORMACIÓN HUMANA EN DEFENSA DE LA BUENA CONVIVENCIA.



Objetivo pedagógico: Curso de formación que permite a los hombres desarrollar esa parte del cuerpo de la que ignoran su existencia, es decir, EL CEREBRO.



Los costos los pagarán sus adorables mujeres agradecidas, una vez aprobado cada módulo.







* MÓDULO 1: CURSO OBLIGATORIO Y PROPEDÉUTICO

1. Cómo aprender a vivir sin su madre (2000 horas).

2. 'Mi mujer NO es mi madre, NI es la criada' (3000 horas).





* MÓDULO 2: Vida de a dos.

1. Cómo tener hijos sin volverse celoso (150 horas).

2. Cómo superar el síndrome de pertenencia sobre el control remoto (550 horas).

3. Técnicas para NO mear fuera del inodoro (300 horas). OBLIGATORI0. Ejercicios prácticos en DVD.

1. Cómo entender que los zapatos nunca van solos hasta al closet (800 horas)

2. Cómo llegar hasta el canasto de la ropa sucia sin perderse (500 horas).

3. Cómo sobrevivir a un simple resfriado sin agonizar. (100 Horas)





* MÓDULO 3: TIEMPO LIBRE

1. Cómo planchar una camisa en menos de dos horas (ejercicios prácticos).

2. Cómo digerir cerveza, gaseosa ó cualquier otra bebida sin eructar en la mesa (ejercicios prácticos, con un experto gastroenterólogo como invitado).





* MÓDULO 4: Curso de Cocina

- Nivel 1 (principiantes): Los electrodomésticos: ON= encendido, OFF= apagado.

- Nivel 2 (avanzado): Mi primera sopa instantánea sin quemar la casa. Ejercicios prácticos: Hervir el agua.



CURSO INTENSIVO:POR RAZONES DE DIFICULTAD Y DE ENTENDIMIENTO DE LOS TEMAS, EL CUPO ES DE MAXIMO DE 8 PARTICIPANTES.



TEMA 1: Último descubrimiento científico: Cocinar y tirar la basura NO provoca impotencia ni cuadriplejia (prácticas en laboratorio).



TEMA 2: Cómo bajar la tapa del inodoro paso a paso (Clase Teórica-práctica, con repaso durante una semana).



TEMA 3: El rollo de papel higiénico: Leyenda ó realidad .- ¿ El papel higiénico nace empotrado en la pared, al lado del inodoro?. 'Cómo cambiar el Tubo vacío'. (Teleconferencia con la Universidad de Harvard).



TEMA 4: Por qué NO es un delito REGALAR FLORES a su pareja aunque lleve muchos años con ella.



TEMA 5: Uno y la electricidad: Ventajas económicas de contactar a un técnico competente para las reparaciones, aún para las más básicas.



TEMA 6: Rompiendo el mito: Los hombres que conducen pueden pedir información si se pierden, sin correr el riesgo de parecer impotentes. (IMPACTANTES TESTIMONIOS).



TEMA 7: No es necesario agitar las sábanas después de haber emitido gases intestinales (ejercicios de reflexión).



TEMA 8: La plancha II: Ubicación en el armario después de usarlA.



TEMA 9: Los detergentes: Dosificación, consumo, utilización... Prácticas para evitar daños irreparables a la casa.



TEMA 10: La lavadora de ropa: Ese gran misterio del hogar.



TEMA 11: Diferencias fundamentales entre el cesto de la ropa sucia el colgador del baño y el piso (Ejercicios en laboratorios con musicoterapia).



TEMA 12: El hombre en el asiento del acompañante: Es posible no hablar ó agitarse convulsivamente mientras ella conduce y/o se estaciona (Ejercicios con Yoga).



TEMA 13: La taza ó vasos del desayuno, comida ó cena: ¿Los utencilios se desplazan solos hasta el fregadero? Ejercicios dirigidos por David Copperfield. POR ARTE DE MAGIA.



TEMA 14: Analizar a profundidad las causas anatómicas, fisiológicas y/o psicológicas que no le permiten al hombre secar el baño después de ducharse.













ENVÍA ESTE E-MAIL A MUJERES INTELIGENTES QUE NECESITEN UNA BUENA SONRISA Y A LOS HOMBRES QUE PIENSES QUE PUEDAN SOPORTARLO

Aprovechen, no se vaya a agotar el cupo!!!!!!!!!!!!!

miércoles, 9 de diciembre de 2009

SERA CIERTO??

DURANTE MUCHOS AÑOS SE HA DICHO QUE LAS MUJERES NO HACEMOS MAS QUE PENSAR EN ROPA, CHISMES Y DEMAS, Y HASTA SE HA DICHO QUE NOSOTRAS SOMOS DE VENUS Y ELLOS DE MARTE Y QUE POR LO MISMO NO NOS ENTENDEREMOS NUNCA.... PIENSO QUE MAS BIEN HAY QUE ENTENDER LAS DIFERENCIAS QUE NOS SEPARAN Y ASIMILARLAS, AMARLAS Y DARNOS CUENTA QUE NOS COMPLEMENTAMOS, XQ NO ESTAMOS EN ESTE MUNDO PARA ENTENDERNOS, SINO PARA COMPLETARNOS.





ORUCHUBAN EBICHU DECHU



GUARRISIMA
EXQUISITA
SENSACIONAL!
KAWAI!!!
5 KISITOS RECOMENDABLES!!

QUE MUERAN LAS DIETAS!!!



VALE! A VECES MEJOR TENER DE DONDE AGARRAR! Y POS ESTA INTERPRETE TIENE LA CHISPA SUFICIENTE PARA HACERNOS VER TAN MAGNIFCA IDEA!!

GRAX IROGONOMI KUN POR MOSTRARME!!

viernes, 27 de noviembre de 2009

XQ LAS MUJERES FINGEN EL ORGASMO


Está comprobado. Así como los hombres mienten, nosotras también. En materia de amor y sexo muchas mujeres engañan y fingen desde el orgasmo, hasta algunos momentos como actuar que se lo está pasando de maravilla, cuando está más aburrida que una ostra, entre otras cosas. ¡Lo siento chicas por revelar la verdad!




Hay mujeres que se distinguen más que otras por su habilidad estupenda de tejer una mentira tras otra hasta convertir aquello en una bola interminable de nieve.



Están las que hacen de su vida una verdadera mentira y logran lo mejor: que todos caigan rendidos ante ésta. Otras por supuesto, nunca se atreverían a mentir al decir un te amo o el placer mientras se tiene un orgasmo. Yo soy de esas, digamos que prefiero decir que estoy cansada, estresada, no se me antoja o simplemente no quiero o no me gustó, que fingir algo en lo que creo y respeto demasiado: el sexo y el amor, cuando éste existe.



Otras mujeres usan la mentira sólo en casos de emergencia; unas más realizan una serie de acrobacias mentales para lograr su objetivo y envolver con sus palabras a su víctima masculina; y las menos son las que no saben hacerlo, se delatan a sí mismas y no saben guardar sus propios secretos. Se delatan solitas, vaya decir. Pero créanme que incluso éstas últimas con un poco de experiencia, tarde o temprano, o en casos extremos, se habrán convertido en unas verdaderas expertas... pues hay tantas maestras alrededor.



Cuando una mujer engaña manteniendo otra relación amorosa o sexual es muy probable que el hombre se dé cuenta mucho tiempo después. Claro, habrá excepciones. Nosotras sabemos guardar muy en lo profundo del corazón nuestros grandes secretos y nuestras grandes mentiras, y ahí es donde las mantenemos. Es poco factible que salgan fuera a la primera de cambio.



Y aclaro, no ocurre con todas, por supuesto. Sin embargo, conozco mujeres que pueden ser grandes mentirosas, pero al final de cuentas lo que termina por darles en el traste es su propio sentimiento y corazón.



Las mujeres nos fijamos hasta en el más mínimo detalle y podríamos identificar, con la mano en la cintura y en cuestión de segundos, alguna mentira masculina tan sólo por el tono de la voz, gesticulación, risa nerviosa, mirada o el aumento de calor en el cuerpo. Pero estoy casi segura que en materia de amor o sexo pocos hombres se dan cuenta de cuando una mujer miente.



Ni qué decir del orgasmo fingido o exagerado. Yo he estado en cuartos de hotel hospedada cuando, de pronto, en el cuarto de al lado he escuchado gritos y un verdadero estruendo de ¡oh! ¡ah! ¡uy! que Salma Hayek actuaría mejor. Eso definitivamente es fingido, me digo. El asunto es que él, con toda seguridad no se dio cuenta.



La verdad es que no coincido con las mujeres que lo hacen. No me parece que deben quedar bien con nadie teniendo o exagerando un orgasmo que en realidad no tienen. A quienes engañan ellas es a sí mismas.



Él quedará satisfecho y su ego no cabrá por la puerta, por supuesto, pero ¿y ella? ¿Por qué fingir? Es como fingir que te gusta el helado de vainilla y lo saboreas con enorme placer falso, cuando tu favorito es el de chocolate. Yo creo que al final las mentiras se vuelven contra el creador de las mismas. Es imposible mantener algo basado en una realidad que no existe.



Con mis pláticas entre amigas me he dado cuenta de que las mujeres tenemos también una especie de vestidura camaleónica que hace que de la gran mentira o del gran engaño pasemos a la linda e inocente oveja. Este tipo de mujeres suelen ser muy peligrosas, incluso en el ambiente laboral, entre las mismas mujeres.



Si los hombres se esforzaran por conocer a su chica, podrían saber cuándo ella dice la verdad o por qué miente y engaña. Por algo dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Con una buena comunicación y una relación sana las mentiras no son necesarias y me parece que sólo lastimarían una relación que podría ser linda o sexualmente intensa. Cuando llegan las mentiras, el amor y el buen sexo ya salieron por la ventana.



Hace poco leí en una encuesta de la revista That´s Life que el 98 por ciento de las mujeres admitió que miente con enorme naturalidad, que un tercio de ellas lo hace todos los días, mientras que el 78 por ciento dice mentiras que catalogan como "grandes". Eso me dejó asombrada. Nunca había visto cifras tan contundentes. Además de que el 29 por ciento de las mujeres admitió haber tenido aventuras extramatrimoniales y de éstas, el 62 por ciento no se arrepiente ni se arrepentirá nunca.



Esa precisión lapidaria me encantó. Claro, los hombres son unos expertos también, ya contaremos en otra oportunidad sus historias, pero desde el tema femenino me quedé pensando:



¿Qué mueve a las mujeres a mentir en el sexo o en el amor? ¿Su inseguridad? ¿Su falta de compromiso? ¿Su insatisfacción? ¿Su falta de asertividad? ¿Sus simples ganas de mentir? ¿Qué piensan ustedes?



Para los hombres, sería bueno nos contaran sus experiencias de engaños y mentiras en el sexo. ¿Cómo se dan cuenta o no se dan cuenta?



MARICOMETRO

Medición para hombres en la escala entre Macho y Mariconazo.. .





1. REGALOS QUE PREFIERE RECIBIR

-Una Botella de licor.....(MACHO)

-Un Libro o Ropa... ..........(HOMBRE FINO)

-Bombones o Chocolate.. (MEDIO MARICÓN)

-Flores o bronceador .......(MARICONAZO)



2. USO DE CREMAS Y BRONCEADORES

-No usa.. .......................................(MACHOTE)

-Usa sólo en vacaciones de verano...(DELICADO )

-Usa todo el verano..................... ...(MARIQUITA)

-Usa todo el año............................ (MARICONAZO)



3. MASCOTAS

-No tiene.................................... (REAL MACHOTE)

-Su perro está en el patio..............(HOMBRE)

-Su perro vive dentro de la casa.....(CERDO Y MARICA)

-Tiene gato .................................(ES NIÑA)



4. LAS PLANTAS

-Se las come ............ ......... ...........(RAMBO)

-No tiene....... ......... ......................(MACHO)

-Cuando se acuerda la riega........... (FLORIPONDIO)

-Riega, poda y habla con plantas ....(MARICÓN Y LOCO)

-Inclina su tronco para acariciarla ....(MARICONAZO)



5. EL ESPEJO

-No usa..............................................................( VIKINGO)

-Sólo para peinarse.............................................(HOMBRE)

-Se mira el cutis y aprecia sus músculos..............(GAY)

-Además se mira los glúteos y se habla el mismo..(LOCA DE PATIO)

-Adicionalmente se mira con pelucas y vestidos ....( TRAVESTI )



6. PEINADO

-No se peina.... ......... ......... ..................(PELAO)

-Se peina después de ducharse.... ......... .( HOMBRECITO)

-Se peina varias veces al día.......... ......... (MIIIIISH)

-Se peina musho y usa tintes o rayitos..(MARICONAZO )

-Peina a otros y aconseja.... .. ......... ...(PUTOTE)



7. DEPORTES

-Fútbol, Béisbol, Boxeo, Automovilismo ..(MACHOTE)

-Básquet, Bowling, Voleibol.................. (CORDERITO)

-Aeróbica, Spinning .............................(UUUUUYYYYY, PUTILLO!)

-Lo mismo, pero con short de lycra........(PUTIIIIIISIMO! )



8. COMIDAS PREFERIDAS

-Animales asados, picante, Wa Sabih .........(TARZÁN)

-Pescado y ensalada .................................(METRO SEXUAL O BIEN, PUTIN)

-Aves acompañadas con vegetales al vapor...(MARICON DE CLOSET)



9. BEBIDAS PREFERIDAS

-WHISKY, presidente, Tequila o Vodka solo ....(REAL MACHOTE)

-Vino o Cerveza..... ......... ......... ......... (MACHO)

-Piña Colada.... ............ ......... ......... ..(REFINADA Y LOCA)

-Bayleis y agua mineral..... ......... .........(MARIPOSÓN)

-Primavera sin licor.. .......... ............ ....(DEVORA HOMBRES)



10. ASEO PERSONAL

-Ducha con agua helada ........... ........ (LEGIONARIO)

-Ducha con jabón y champú ............... (VARÓN)

-Ducha larga con jabón líquido y pañito..(MARICA)

-Baño con sales y espuma...................(ULTRA PUTON)



11. LA CERVEZA

-Bien helada y por litros .........(MACHOTE)

-Sólo una para el calor............(AMANERADO)

-Lemon Stone........................(MARICÓN)

-Sin alcohol ...................... ...(MARICÓN, PUTO Y MENTIROSO)



12. CUIDADO DEL AUTO

-No lo lava ..................................(MACHOTE)

-Lo lava 1 vez al mes ...................(VARÓN VAGO)

-1 vez a la semana ..................... (GALÁN)

-lo aspira en su interior................(DELICADO)

-lo lava a diario le pone aroma..(PUTITO)



13. TELEVISIÓN

-Sólo Fútbol .................(MACHO)

-Las noticias ................(HOMBRE INFORMADO)

-Películas .....................(SENSIBLES)

-Teleseries....................(MARICA EN PROCESO)

-Realitys.......................(GAY)

-Telenovelas..................(PUTO BARATO O BIEN, MARICON MAL NACIDO)



14. CONOCIMIENTO DE LOS COLORES

-Los Primarios ............ .....................(MACHO)

-Más el verde y café ..........................(VARÓN)

-Más morado y anaranjado .................( RARO)

-Más fucsia, beige y crema ................(AMANERADO)

-Más azulino, magenta y bermellón ....(MARICON)

-Más Rosado ...................................(REALMENTE GAY)



15. LOS OLORES

-A sudor, pelo y pata........ ........(MACHOTE)

-A desodorante y loción............ (HOMBRE FINO)

-A Coral o Impulse ............ ......(MARICA)

-A aceite emulsionado. ............(TRAVESTI DE CABARET)



16. AL VESTIR

-Lo primero que sale del guardarropa. .....................(MACHO)

-Selecciona su camisa en 5 minutos...................... (VARON)

-Prepara 2 cambios y selecciona uno..................... (GALAN)

-Se prueba todo mientras se contempla al espejo... (MARICA)

-Se viste y pregunta a todos como se ve.................(PUTON E INSEGURO)



17. BAILANDO

-No le gusta.........................................(MACHOTE)

-Solo Norteñas y bien pedo.................. (MACHO)

-Cumbia, Salsa, merengue y reggaeton.(RARO)

-Lo anterior pero con sabor.................. (MARICA)

-Oye música y se mueve solo............. (PUTO)

-Imita teiboleras............................ (PUTA, LOCA Y MARICONA SIN REMEDIO)



18. HABLANDO

-De viejas y fut bol..........(MACHOTE)

-De viajes..................... (HOMBRE DE MUNDO)

-De Chismes.................(MARICA)

-De Telenovelas............ (MARIPOSON)

-De hombres.................(PUTO DE MIERDA)



19. POSICIONES EN EL SEXO

-El abajo y acostado.... ... ...................(MACHOTE Y HUEVON)

-El Arriba...... .....................................(MACHO)

-Arriba, Abajo y por donde pida la nena.(HOMBRE VERSATIL)

-Boca abajo....... ..... ...... ............ ...... (PUTOTE)

-De rodillas.... ........ ...... ................... (AAAAAAAAAAYY PERRA)



20. RUIDOS EN EL SEXO

-Gruñe....... .. ...... ............ ...... (MACHO PORNO)

-Respira agitado y profundo........(HOMBRE INTENSO)

-Grita...... ...... ...... ............ ......(AMANERADO)

-Se queja....... ..... ...... ............ (MARIPOSON)

-Puja....... ..... ..... ............ ...... (EL CERDO LA TIENE ADENTRO)

INFALIBLE CHICAS.... NO NOS ENGAÑEMOS

QUERIA VOLVER A SER NIÑA??

QUERIA VOLVER A SER NIÑA?




Un hombre un día le preguntó a su mujer que quería para su cumpleaños y ella dijo:

'Me gustaría ser de 7 otra vez'. y así quedaron las cosas.

Se llego el gran día de su cumpleaños. En la mañana la despertó muy temprano con la canción de las mañanitas de Cepillin en el estéreo a todo volumen y cantando también el y se la llevó a Plaza Sésamo. ¡Qué día!..............

Entraron al área de juegos: la subió en el Expreso minero, en los caballitos, en las lanchitas, le compro la camiseta de Lucas y unas burbujas de jabón, le tomo fotos con Abelardo etc,etc.



Y esto no fue todo, 5 horas después salieron del parque, ella con el estómago revuelto y la cabeza doliéndole. Después se fueron a Mc Donald's y su esposo le ordenó una Big Mac, con extra papas y licuado de chocolate, además la cajita feliz para llevarse al cine a ver la última película de Jimmy Neutrón y le compró Palomitas, Coca Cola y M&M's, ¡oh,................ qué aventura tan fabulosa!

Finalmente, cuando llegaron a casa, cayó en la cama. Él se acercó a ella feliz por que le había hecho realidad su sueño y amorosamente le preguntó al oído:



¿Y bien, querida?

¿Que se siente ser de 7 otra vez?

Con un ojo entreabierto ella le dice:

'P-e-n-d-e-j-o............... yo me refería a la talla de ropa'.

¨

Moraleja: cuando una mujer habla y un hombre realmente la está escuchando, de todas maneras está c-a-b-r-ó-n entenderlas'

CLASES DE ORGASMOS


.
Orgasmo Asmático:


'¡ahh...ahhh...ahhh!'



2. Orgasmo Geográfico:

'¡Ahí, ahí, ahí, ahí!'



3. Orgasmo Matemático:

'¡Más, más, más, más!'



4. Orgasmo Religioso:

'¡Ay Dios mío, ay Dios mío!'



5. Orgasmo Suicida:

'¡Me muero, me muero!'



6. Orgasmo Homicida:

'Si paras ahora, ¡Te mato!'



7. Orgasmo Zootecnista:

'¡Venga mi macho, venga!'



8. Orgasmo Porrista:

'¡Dale...dale...dale!'



9. Orgasmo gringo:

'Oh... yes, oh...good...'



10. Orgasmo Tipo Proyecto Uno:

'¡No pares! ¡Sigue, sigue! ¡No pares! ¡Sigue,sigue!'



11. Orgasmo Negativo:

'¡Nooo, noooo!'



12. Orgasmo Positivo:

'¡Sí...sí...sí!'



13. Orgasmo docente:

'Sí...eso...por ahí...muy bien... correcto... perfecto'



14. Orgasmo Desinformado:

¿Qué es esto?... ¿Por qué?... ¿Qué me haces?



15. Orgasmo Analista de sistemas:

'OK. El proceso ha finalizado con éxito'



16. El Orgasmo Clarividente:

'Lo siento venir... ya casi viene... lo veo, lo veo'



17. El Orgasmo falso:

'¡Ay! ¡Ay! ¡Bajate ya!'



18. El Orgasmo confuso:

'Oh sí, oh No, Oh Dios..'



19. El orgasmo Beisbolista:

'¡Me voy, me voooy, me fui!'



20. El orgasmo profético:

'¡Me voy a venir, me vengoooo!!!'



Luego de los orgasmos pasamos a los momentos después del mencionado acto:




1. El momento mexicano:

'¡Te juro que es mi primera vez!!!'



2. El momento secreto:

'¡Júrame que no le vas a decir a nadie!'



3. El momento optimista: '

¿Me hablas mañana?'



4. El momento adolescente: '

¡Vístete, ahí vienen mis papas!!!'



5. El momento hotelero:

'Nunca había venido a un lugar de estos...'



6. El momento viajero:

'¿Cuando llega tu esposa?'



7. El momento de oficina:

'Entonces... ¿Si me va a dar el aumento?'



8. El momento higiénico:

'Pasame un Kleenex por favor'



9. El momento de duda:

'¿Te regaste adentro?'



10. El momento de asombro:

'¿¿¿Otra vez???'



11. El momento social:

¿y tu cómo te llamas?'



12. el momento de negocios:

'¿cuánto te debo?'



13. el momento de credibilidad:

'ahora sí te creo que eras virgen'



14 el momento ' Records Guiness':

'y yo que creía que los burros la tenían grande'

EN PROMEDIO.....





Los científicos han determinado que el acto sexual dura aproximadamente 8 minutos,



el promedio de penetración del pene en la vagina es de 30 veces por minuto,



lo que indica que en el acto sexual hay 240 penetraciones.







Puesto que el pene tiene un promedio de 15 cm en erección significa que a la mujer le introducen 3.600 cm,



o sea 36 metros de pene por relación sexual.









Generalmente las mujeres hacen el amor (con suerte) 3 veces por semana



y como el año tiene 52 semanas, esto significa que en resumen, reciben 5.885 metros de pene anualmente,



o lo que es igual, casi 6 km por año, o sea 1/2 Km por mes.









Así que amiga mía, si usted no ha recibido su Kilometraje correspondiente a esta altura del año, ¿por qué no deja que alguna persona le de una ayuda para conseguir su tan ansiado objetivo?











NOTA: Unos metros de más no le harán daño, por el contrario!!! Así que, a trabajar, juntar millas y a ganar ... !!!!









PARA MIS AMIGAS: *EXIJAN SU CUOTA EN KILOMETRAJE Y PASENLA SUPER!!!!







PARA MIS AMIGOS: *CUMPLAN SU KILOMETRAJE, SI NO, LOS CAMBIAN DE MODELO.









Cadena de Sexo:





Usted también podrá gozar de sexo hasta el CLIMAX a los 4 días de recibir esta carta, siempre y cuando continúe con la cadena, y dará la vuelta al mundo para salvar a la humanidad de una inminente esterilización colectiva.









Advertencia:





Esto no es ninguna broma. No envíe dinero. Envíe copias de este mail dentro de las próximas 96 horas a hombres que necesiten remojar la brocha o a mujeres que necesiten limpieza de tuberías. Por favor no corte la cadena......



No sean Egoístas!!!

ALGUNA COSITA MAS SIN USAR


Regresando del trabajo, el marido encuentra a su esposa en la cama con un jovencito.


El marido comienza a hacer un tremendo escándalo y cuando estaba listo para derrumbar la casa, la mujer lo interrumpe:

Antes de hacer locuras tienes que oír como fue que paso ésto...

Al regresar a casa, vi a este joven que parecía cansado, con hambre y harapiento.

Entonces lo invité a pasar y le di la comida que te

preparé ayer y que tu no quisiste comer porque ya habías cenado con tus amigos...

El estaba descalzo y entonces le di aquel par de zapatos que todavía están nuevos y que tu no quieres usar porque te los regaló mi mamá.

El estaba con mucho frio y yo le di el sweater que te compré para tu cumpleaños y que no usas porque no combina con tu modo de vida.

Sus pantalones estaban rotos, entonces le di tus jeans que estaban en perfecto estado pero que ya no usas porque no te entran.

Como estaba sucio, le aconsejé que se diera un baño y aproveché para darle aquella loción que te traje de Francia que tu nunca usaste porque te daba alergia. Ahh... y cuando el ya se iba me preguntó: ¿Tiene alguna otra cosa que su marido ya no use?

Y ... SE LO DI

jueves, 26 de noviembre de 2009

20 COSAS QUE NO SE LE DEBEN DECIR A UN HOMBRE DESNUDO



1.- Mi hermanito de ocho años tiene uno igualito




2.- ¡Ohh! Tus manos se veían tan grandes



3.- ¿Sabías que ahora hacen maravillas con la cirugía?



4.- Ahora entiendo tus traumas



5.- ¿Sabes que existe una torre parecida en Italia?



6.- ¡Déjame ir por unas pinzas de depilar!



7.- Pásame una lupa



8.- ¿Has pensado trabajar en un circo?



9.- Mejor no. No vayamos a arruinar una bonita amistad



10.- No sabía que existían tan pequeñitos



11.- Pero... todavía funciona ¿verdad?



12.- Si fuera gruesa no importaría el largo



13.- Quizá se ve mejor con luz natural



14.- No te preocupes, en la cartera tengo algo con lo que me vas a satisfacer igual



15.- Te la cortó la bruja de tu ex mujer ¿no?



16.- ¿Y con eso tuviste tres hijos? ¿O no son tuyos?



17.- ¡Dime que se trata de una ilusión óptica!



18.- No, no me río de ti, sino que me acordé de un chiste buenísimo y no te lo puedo contar



19.- Si es genético, pobre de tu papá también



20.- Y pensar que todas dicen que el largo no importa.

20 COSAS QUE LAS MUJERES DEBEMOS SABER DE LOS HOMBRES



1) Los hombres pueden fantasear todo el dia, pero antes de que vallan a dormir, ellos siempre piensan en la mujer que mas quieren




2) Los hombres son mas emocionales de lo que piensas, Si ellos pierden a la mujer que mas aman estaran deprimidos por un largo tiempo y no dejaran de pensar en ella



3) los hombres se vuelven locos por la sonrisa de la mujer (:



4) Al hombre que le gustas quiere que seas al unico al que le hables xD



5)Darle a un hombre un mensaje como "Sabes que?...ah...no importa" hara que salte a la conclusion que esta lejos de lo que estes pensando. Y el asumira que hizo algo malo y se obsesionara tratando de adivinarlo



6)Si un hombre te dice algo de sus problemas, solo quiere a alguien que lo escuche.... y no tienes que darle un consejo amenos de que te pida uno



7)Un acto usual que prueba que le gustas es cuando el te molesta o te hace una broma



8) El hombre te ama mas de lo que tu lo amas O-O



9)Los hombres usan palabras como buena o linda para describir a las mujeres. Ellos rara vez usan presiosa o generosa. Si un hombre usa esas palabras el te ama o le gustas mucho......



10)Si un hombre esta muy calmado o ido el probablemente esta mintiendo y esta pensando en algo mas



11)Cuando un hombre dice que esta loco por una mujer, el en realidad lo esta---- los hombres rara vez lo dicen



12)Cuando un hombre te pide que lo dejes solo, el en realidad te esta diciendo "por favor escuchame"



13)Si un hombre empieza a hablar serio, escuchalo. eso no pasa tan seguido, asi que cuando lo hacen tu sabes que algo esta pasando



14)Cuando un hombre te mira directamente por mas de un segundo, el esta definitivamente pensando en algo



15)Los hombres piensan que las mujeres son extrañas y tienen deciciones muy raras y son confusas pero de alguna manera se parecen mas a ellos



16)Los hombres darian el mundo para poder leer la mente de las mujeres xD



17)ninigun hombre puede solucionar sus problemas por su cuenta solo que son tan orgullosos que no lo admiten



18)No todos los hombres son rudos!!! solo por que uno lo sea no significa que el represente a todos los demas



19)Cuando un hombre sacrifica su sueño y salud solo para hablar contigo, el realmente te quiere y quiere estar contigo lo mas que se pueda



20)Incluso si dejas a un hombre meses atras y el te amaba el probablemente todavia lo hace y si tuviera un deseo problablemente seria que regresaras a su vida...


EL SEXO

EL SEXO


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SEGUN LOS MEDICOS ES UNA ENFERMEDAD.

Porque uno siempre termina en la cama.

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SEGUN LOS ABOGADOS ES UNA INJUSTICIA.

Porque siempre hay uno arriba y otro abajo.

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SEGUN LOS INGENIEROS ES LA MAQUINA MAS PERFECTA.

Porque es la unica que trabaja cuando se para.

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SEGUN LOS ARQUITECTOS ES UN ERROR

Porque la zona de entretenimiento esta al lado del desague.

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SEGUN LOS POLITICOS ES LA DEMOCRACIA PERFECTA.

Porque goza tanto el que esta arriba como el que esta abajo.

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SEGUN LOS ECONOMISTAS ES UNA MALA INVERSION.

Porque es mas lo que entra que lo que sale.

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SEGUN LOS MATEMATICOS ES LA ECUACION MATEMATICA PERFECTA.



Porque la mujer eleva el miembro a su maxima potencia,

lo

encierra entre parentesis, le extrae el factor comun y lo

reduce luego a su mínima expresion

..

..

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Y PARA TI ¿QUE SIGNIFICA?



..

..

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SEXO

Un chico se acerca al fin de su ultimo año en la prepa. Desafortunadamente, todavia tiene que compartir un cuarto con su hermanito de 9 años. Una noche, decide llevar a su novia a su casa para un poco de diversion. Tienen literas, y el chico se da cuenta de que su hermanito ya se durmio en la litera de abajo, asi que el y su novia se suben a la litera de arriba. Como puedes esperar, las cosas se empiezan a calentar.



El chico recuerda que su hermanito esta dormido abajo, asi que le dice a su novia que diga 'lechuga' si lo

quiere mas duro , y 'tomate' si quiere una nueva posicion



Lechuga!!!



Tomate!!!!



Lechuga!!!



Tomate!!!



Lechuga!!!



Tomate!!!



Ella grita.



Lechuga!!!



Tomate!!!



Oh si!!!!!!



SACALO !!!



SACALO YA!!!!



No me puedo embarazar!!!





Entonces el hermanito les grita:'Hey, podrian dejar de hacer sandwiches alla arriba? Me estan echando mayonesa en toda la cara!*!*!*!*!



CUANDO TE SOBRE UN BESO



CUANDO TE SOBRE UN BESO








Cuando te sobre un beso no lo guardes,



Regálalo o arrójalo al viento para que lo reciba otra persona,



Que no se queden guardados esos besos,



no dejes que tus labios se sequen por dentro , sin arrojar un beso.



Cuando te regalen un beso no lo tires, no lo pierdas,



no lo olvides, atesóralo en tu corazón.



Un beso es alimento para el amor y la amistad...



Un beso es lo más lindo, cuando te lo dan,



pero cuando tu lo das, hasta tiene un mejor sabor...



Un beso, perdona todo...







'CUANDO TE SOBRE UN BESO, MANDAMELO A MI'........'YO TE ENVIARE.... OTROS'

LOS 10 MEJORES CONSEJOS DE UNA ABUELITA



Estos si son consejos !!








Mi Abuela, era un personaje muy particular, tenía 80 años y todos los días se tomaba un vaso de tequila. Ella era originaria de Zacatecas, así que su vocabulario era característico del lugar.



Un día me dijo: "Mira cabron, te voy a dar 10 pinches consejos pa' que vivas bien, mírame a mí, toy en la flor de la vida:



1.- Agradece por todo ( No te quejes ), DALE GRACIAS A DIOS QUE ESTÁS, QUE SIGUES porque otra bola de pendejos, ya se los cargó la chingada!



2.- Cuando puedas comer, COME, cuando puedas dormir, DUERME, cuando puedas disfrutar, DISFRUTA, cuando puedas trabajar, TRABAJA y si aún puedes echarte unos pinchis pedos, da gracias a Dios porque tienes SALUD! (No te la pases quejando, ayyy si hubieraaaa).



3.- Si en la noche no puedes dormir, pos'párate y ponte a hacer algo, porque si te quedas en la cama sólo vas pensar puras pendejadas! ( De por si............ ??).



4.- Los problemas grandotes, esos que son del mundo, (calentamiento global, crisis financiera, etc.), mándalos a la jodida, no los vas a arreglar tú ( de todos modos ni les entiendes, no te hagas pendejo ¡¡), deja que otros cabrones los arreglen, tú ocúpate de los chiquitos, de esos que están en tus manos ( y que a veces entiendes ), atiende esos, los demás a chingar a su madre¡¡¡¡¡



5.- Si te dan, agarra, todo lo que te den, agárralo, aprovéchalo, así sea un chingadazo o una bolsa de dinero, porque uno vive pensando que las cosas las genera uno, pero no sabes de qué forma te llegan, así que tú agarra y no te apendejes!



6.- No agarres lo que no es tuyo, ni el machete, ni el caballo, ni a la mujer de otro, lo ajeno respétalo, es de otro, cada quien tiene lo suyo y lo que se merece! (piénsalo cabrón).



7.- Lo que hagas, hazlo con ganas, con muchas ganas y harto gusto, hazlo

bien o no lo hagas, (olvídate de las envidias, tú a lo tuyo), porque no sabes

cuando vas a valer madres ( ..............??? ).



8.- Cuídate de los cabrones y cuídate de los pendejos, fíjate bien como son

(hay un chingo y parece que tienes imán pa' estos), conócelos y nunca seas como ellos!



9.- Nunca te preocupes por lo que no tienes, por lo que no puedes comprar,

cuántos cabrones que tienen todo el dinero del mundo están en el bote o

pegados a un hospital; tienes algo más valioso que es tu libertad y tu salud,

esas no tienen madre!



10.- Manda a chingar a su madre a la muerte (Si me entiendes , no ???),

que sea ella la que se preocupe por no poderte llevar y no seas tú el que se preocupe porque ya te va a llevar!







HE DICHO...

martes, 24 de noviembre de 2009

BELLY DANCE



La danza del vientre es una danza que combina elementos tradicionales de Oriente Medio junto con otros del Norte de África.




En árabe se la conoce como raqs sharqi رقص شرقي ("danza de oriente") o en ocasiones raqs baladi رقص بلدي (danza "nacional" o "folk"). El raks baladi es una danza muy elemental, prácticamente sin desplazamientos y con movimientos principalmente de cadera. A la evolución de esta danza se la llama danza del vientre o raks sharki en Egipto.



El término "belly dance" (en español 'danza del vientre') es según algunos una mala transcripción o transliteración del vocablo que designa el estilo de danza beledi o baladi y suele atribuirse a Sol Bloom, director de espectáculos en la Exposición Universal de Chicago de 1893.



El raks sharki incluye movimientos del folclore egipcio, danza clásica y contemporánea, con grandes desplazamientos, vueltas y movimientos de todas las partes del cuerpo, pero sobre todo de la cadera.



En Turquía, a la danza del vientre se la conoce como gobek dans o rakasse (ritmo turco).





El origen exacto de esta forma de baile es motivo de constante debate entre quienes se interesan por esta danza, debido principalmente a la escasa investigación llevada a cabo al respecto. La mayoría de los estudios los han realizado las propias bailarinas, en un intento por entender sus orígenes. No obstante, suele pasarse por alto que gran parte de la danza en Oriente Medio surge en el contexto social, no tanto en el de las representaciones en cabarets a cargo de bailarinas profesionales, entorno éste más visible y glamuroso. Esto ha provocado una importante confusión en cuanto a la verdadera naturaleza de este baile, dando lugar a teorías contradictorias en un intento por explicar sus orígenes.




Estas son algunas de las teorías existentes:



desciende de las danzas del antiguo Egipto

procede de un baile de tipo religioso que practicaban antiguamente las sacerdotisas de los templos

formaba parte de las prácticas tradicionales de alumbramiento en la/s region/es de origen.

se había extendido gracias a las migraciones de los pueblos gitanos y de grupos similares, de origen hindú.

De todas ellas, rara vez se hace alusión a la primera, a pesar de que cuenta con el apoyo de personalidades como el bailarín egipcio Doctor Mo Geddawi. El principal apoyo de esta teoría tiene su explicación en las semejanzas entre las poses del arte egipcio y los movimientos del baile en su vertiente moderna.



La teoría más conocida es la que la asocia con un baile religioso, a la que se suele hacer referencia en los principales artículos sobre el tema y que goza de mayor publicidad.





Litografía del s.XIX.La teoría que la asocia a las "prácticas de alumbramiento" en virtud de una serie de movimientos del Raqs Sharqi moderno. Es refrendada y extendida por el bailarín marroquí y aficionado a la antropología conocido también como Carolina Varga Dinicu y tiene que ver con la revisión de los movimientos que se han venido utilizando para ilustrar o facilitar el alumbramiento. A pesar de que dicha teoría carece de un "punto de origen", sí que cuenta con numerosas referencias históricas de tipo oral.



Dos puntos de vista sugieren la danza gitana como su origen. Se cree que los pueblos gitanos y otros grupos humanos similares, pudieron importar esta forma de baile en sus desplazamientos o adoptarlo sobre la marcha y difundirlo. Gracias a la fusión de las formas gitanas de baile con el Raqs Sharqi, estas teorías disfrutan de mayor popularidad en Occidente de la que tendrían necesariamente en sus países de origen - si bien esto puede deberse en parte a los prejuicios existentes sobre estos pueblos.



Sea cual sea el origen, la danza posee una larga tradición en Oriente Medio y de África del Norte. A pesar de las restricciones que impone el Islam en cuanto a la representación pictórica de seres humanos, existen algunas muestras de ello en todo el mundo islámico. Libros como The Art and Architecture of Islam 650-1250 muestran imágenes de las bailarinas en muros palaciegos, al igual que sucede con las pinturas en miniatura persas de los siglos XII y XIII.





Bailarina de la

danza del vientre

finales del siglo XIXFuera de Oriente Medio y de África del norte , el baile del raqs sharqi se hizo popular durante el movimiento romántico de los siglos XVIII y XIX, con la representación que los artistas orientalistas hacían de la vida de harén del Imperio Otomano. En esa época, bailarinas de distintos países del medio oriente comenzaron a mostrar estas danzas en distintas Ferias Universales, a menudo atrayendo casi más público que la propia exhibición tecnológica. Los comienzos del cine recogen a algunas de estas bailarinas, como es el caso de la película "Fatima's Dance", de amplia distribución en las salas de la época. Sin embargó se ganó fuertes críticas por su "indecencia", llegando finalmente incluso a censurarse por presión popular.





Mata HariAlgunas mujeres occidentales comenzaron a aprender e imitar la danza de Oriente Medio, que en aquel momento era objeto de colonización por parte de naciones europeas. El ejemplo más conocido es de Mata Hari, que a pesar de fingir ser una bailarina de la Isla de Java, se acercaba más a las formas de danza del medio oriente que a las de Indonesia. Por este y otros motivos, a principios del siglo XX, en América y Europa la idea popular llevaba a dar por supuesto que estas bailarinas eran mujeres de moral dudosa.



Históricamente, en la mayoría de los bailes vinculados a la danza oriental había separación de sexos; los hombres con los hombres y las mujeres con las mujeres. Hay pocas muestras de baile mixto. Esta práctica pretendía garantizar que una "buena" mujer no fuera vista bailando con nadie que no fuera su marido, su familia más cercana o sus amigas.



Hoy en día, la separación de sexos no se practica de forma tan estricta en las zonas urbanas y en ocasiones tanto hombres como mujeres salen y bailan en reuniones sociales de tipo mixto con amigos íntimos. No obstante, a pesar que este baile social en circunstancias aceptables se considera correcto e incluso se fomenta, para muchos en Oriente Medio y el Norte de África consideran que las actuaciones con bailarines profesionales con trajes provocativos y para un público mixto es algo moralmente cuestionable. Algunos llegan hasta el punto de sugerir que se prohíban esta clase de representaciones.



Puesto que el lugar en el que suele desarrollarse este baile suelen ser establecimientos nocturnos, unido a la proliferación de grabaciones en vídeo y DVD de famosas bailarinas, es esta versión mundana de la danza en lugar de la social o folclórica la que goza de mayor popularidad.



La danza oriental ha sido tradicionalmente folclórica improvisada por una sola bailarina, aunque ahora pueden verse espectáculos con coreografía y varias bailarinas. Se caracteriza por sus movimientos suaves y fluidos, disociando y coordinando a la vez las diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, los brazos pueden ir a un ritmo diferente del que va marcando la cadera. La atención se centra principalmente en la cadera y el vientre, alternando movimientos rápidos y lentos y se enfatiza en los músculos abdominales, con movimientos de pecho y hombros así como con brazos serpenteantes. Los movimientos ondulatorios, rotativos, que por lo general son lentos simbolizan la tristeza, en cambio con los movimientos rápidos, golpes y vibraciones la bailarina expresa alegría. Todos los movimientos de esta danza se relacionan con la naturaleza, por ejemplo, las plantas de los pies se apoyan bien sobre el suelo, esto simboliza la tierra, o también cuando la bailarina extiende sus brazos siempre forman una semi U y nunca están caídos, esto simboliza a las aves.




En un comienzo las bailarinas árabes se perfumaban las muñecas para que al bailar y al mover sus manos se perfumaran ellas mismas y a su público. En esa época no existían perfumes, por lo que utilizaban aceites.



A lo largo de los años, se han ido incluyendo algunos elementos tradicionales para "adornar" este tipo de baile, como por ejemplo: velos, sable, bastón, velas, crótalos, alas de Isis etc. Aunque esta danza suele ser femenina, también hay algunos bailarines varones.



Para cada elemento hay un ritmo, y para cada canción una técnica, aunque muchos artistas modernos, como Hakim o Shakira, hayan popularizado esta danza con todo tipo de modificaciones en su música, desde el pop hasta la electrónica.



Los grandes bailarines se decantan mas por la técnica clásica usada en los países de Medio Oriente, tanto así que la innovación en la ejecución de esta es lo que prima en los festivales de Danza Oriental realizados en el Cairo, uno de los más populares, el organizado por la bailarina Raquia Hassam, el Festival Ahla Wah Shalan

Ritmos de la música árabe usados en la danza del vientre


Para la danza del vientre se utiliza prácticamente todo tipo de música de los países de Oriente Medio. Hay diversos ritmos según el país y la región, y muchas bailarinas utilizan varios.



Atuendo


El atuendo con el que se suele asociar este baile se llama bedlah en árabe, que significa "uniforme" y lo adoptaron los bailarines de Egipto en la década de 1930, desde donde se extendió a otros países de la zona. Su creación se debe al Vaudeville con sus representaciones fantasiosas del harén, al género burlesco y a Hollywood a finales del siglo pasado, más que al verdadero atuendo tradicional de Oriente Medio. Consiste principalmente en un top o sujetador ajustado (normalmente adornado con cuentas o monedas), un cinturón ajustado a la cadera (también con monedas o cuentas) y pantalones y/o faldas tipo harén, que pueden ser lisas, a capas, etc.



También se ha extendido el uso de otros elementos como el velo, para enmarcar los movimientos. Las bailarinas egipcias, normalmente lo utilizan únicamente al comienzo del baile, mientras que en Occidente puede usarse durante toda la representación.



EL atuendo original de las bailarinas egipcias consistía en una especie faja alrededor de la cintura, una falda de lino o algodón muy sencilla, y los senos al aire. Las bailarinas se tatuaban imágenes de la diosa de la sexualidad, tanto en los muslos como en los brazos.



Algunas bailarinas famosas




Shakira bailando

la danza del vientreFifi Abdou

Naima Akef

Rachel Brice

Tahia Carioca

Nagua Fouad

Amar Gamal

Samia Gamal

Raqia Hassan[1]

Jillina

Badia Masabni

Sadie y Kaya

Nesrin Topkapi

Shakira

Tehila Zamir

Asena



La salud y la danza oriental


Los beneficios de la danza oriental son tanto físicos como mentales. El baile es un buen ejercicio cardiovascular, ayuda a mejorar tanto la flexibilidad como la fuerza. Se centra principalmente en los músculos del torso, si bien también mejora la fuerza en las piernas. Muchos estilos de baile hacen hincapié en trabajar de forma aislada los músculos, enseñando a mover varios músculos o grupos musculares de forma independiente. Las rutinas que incorporan el velo también fortalecen los brazos, los hombros y el tronco superior en general, mientras que los crótalos aumentan la fuerza de los dedos, trabajándolos uno a uno. La danza oriental es apropiada para todas las edades y para personas de cualquier constitución, siendo el bailarín quien controla el nivel de exigencia física. Para muchos de sus defensores es beneficiosa para la mente, ya que fomenta la autoestima, mejora el grado de bienestar de quienes disfrutan practicándola regularmente.



Algunos médicos lo recomiendan a sus pacientes para recuperarse del parto, así como preparación para el mismo, ya que los movimientos fortalecen y aportan tono muscular a la zona pélvica.[2]


La danza oriental y la pérdida de peso


Aparte de ser una manifestación artística, la danza oriental se ha adaptado como programa de ejercicio. Al tratarse de un entrenamiento cardiovascular completo y fortalecer los músculos abdominales, está ganando popularidad entre hombres y mujeres que desean perder peso, ganar flexibilidad y firmeza y perder barriga de forma rápida. Una sesión intensa de sesenta minutos puede quemar alrededor de 330 calorías.




La danza del vientre en la cultura popular


Numerosos videos musicales han recurrido a coreografías inspiradas en la danza oriental. Artistas como Britney Spears, Hilary Duff, Aaliyah, Beyoncé, Rihanna, Nelly Furtado y Jessica Simpson la han incluido en algunos de sus videoclips, si bien es con la artista colombiana Shakira con quien más suele asociarse.



 
SHAKIRA BELLY DANCE
 

 
SADIE

lunes, 23 de noviembre de 2009

MONOLOGO DE UNA MUJER MODERNA


MONOLOGO DE UNA MUJER MODERNA

Son las 6,00 a .m. el despertador no para de sonar y no tengo fuerzas ni para tirarlo contra la pared, estoy acabada, quiero quedarme en casa, cocinando, escuchando música, cantando, etc. si tuviera un perro, lo pasearía por los alrededores. todo, menos salir de casa, meter primera y tener que poner el cerebro a funcionar.

Me gustaría saber quién fue la bruja imbécil, la matriz de las feministas, que tuvo la grandiosa idea de reivindicar los derechos de la mujer, y por qué hizo eso con nosotras, que nacimos después de ella.

Estaba todo tan bien en el tiempo de nuestras abuelas: ellas se pasaban todo el día bordando, intercambiando recetas con sus amigas, decorando la casa, podando árboles, plantando flores, recogiendo legumbres de las huertas y educando a sus hijos. la vida era un gran curso de artesanos, medicina alternativa y cocina.

Y despues se puso mejor, teniamos servidumbre, llego el telefono,las telenovelas, la pildora, la tarjeta de crédito, ahora el internet!!

Cuántas horas de paz!!!

Hasta que vino una pendejita, a la que por lo visto no le gustaba el corpiño, ni dedicarse al hogar, vino a contaminar a varias otras rebeldes inconsecuentes con ideas raras sobre 'vamos a conquistar nuestro espacio'. ¡qué espacio ni qué la chingadaaa!!!

Si ya teníamos la casa entera!!! todo el barrio era nuestro, el mundo a nuestros pies!!! teníamos el dominio completo sobre los hombres; ellos dependían de nosotras para comer, vestirse...y ahora... ¿donde carajos están, dondeeee?

Acabamos muertas ni hacer el amor queremos,nos duele la cabeza, argumentamos mil tarugadas por cansancio...

Nuestro espacio... ahora ellos están confundidos, no saben qué papel desempeñan en la sociedad, huyen de nosotras, como el diablo de la cruz, les damos miedo, tanta pinche independencia acabo por hacerlos huir, pues claroooo!!!

Ese chistecito, acabó llenándonos de deberes. y lo peor de todo, acabó lanzándonos dentro del calabozo de la soltería crónica aguda!!!

Antiguamente los casamientos duraban para siempre. y ahora si te divorcias hasta hay que mantenerlos a los @#%&&&"#!!!

¿Por qué, díganme por qué, la liberación femenina????...que sólo necesitaba ser frágil y dejarse guiar por la vida, comenzó a competir con los machos...

Miren el tamaño del bíceps de ellos y miren el tamaño del nuestro. estaba muy claro, cada quien en su sitio desde adan y eva....liberación femenina...esto no iba a terminar biennn, claro que noo!!!

No aguanto más ser obligada al ritual diario de estar flaca como una escoba, pero con bubis y trasero durito y bien parado, para lo cual tengo que matarme en el gimnasio, además de morirme de hambre, ponerme hidratantes, antiarrugas, padecer complejo de radiador viejo tomando agua a todas horas, y demás armas para no caer vencida por la vejez, maquillarme impecablemente cada mañana desde la frente al escote, tener el pelo impecable y no atrasarme con las mechas, que las canas son peor que la lepra; elegir bien la ropa, los zapatos y los accesorios, no sea que no esté presentable para esa reunión de trabajo, tener que resolver la mitad de las cosas por el celular, instalarme todo el día frente al pc trabajando como una esclava (moderna, claro está), con un teléfono en el oído y resolviendo problemas uno detrás de otro, que además ni son mis pinches problemass!!!

Todo para salir con los ojos rojos (por el monitor, claro, porque para llorar de amor, ni tiempo hay). y mira que teníamos todo resuelto!!!

Estamos pagando el precio por estar siempre en forma, sin estrías, depiladas, sonrientes, perfumadas, uñas perfectas, sin hablar del currículum impecable, lleno de diplomas, doctorados y especialidades.

Nos volvimos 'súper mujeres' . pero seguimos ganando menos que ellos y de todos modos nos dan órdenes estos cabroness!!

¿¿¡¡¡QUÉ PASAAAAAA!!!?? ¡¡¡YA BASTAA!!!

Quiero que alguien me abra la puerta para que pueda pasar, que corra la silla cuando me voy a sentar, que me mande flores, que me dé serenatas en la ventana. si nosotras ya sabíamos que teníamos un cerebro y que lo podíamos usar. ¿¿para quééééé había que demostrárselo a ellos, a ver para queeeeeeee??

Ay, Dios mío, son las 6:30 am y tengo que levantarme... ¡que fría está esta solitaria y grandísima cama!...carajos!!!!.....quiero que un maridito llegue del trabajo, que se siente en el sofá,que disfrutemos de una cena juntos, que me haga el amor muy rico, que me haga sentir mujerrr...... porque descubrí que es mucho mejor servirle una cena casera que atragantarme con un sandwich y una coca-cola light mientras termino el trabajo que me traje a casa, para variar.

No, mis queridas colegas, inteligentes, realizadas, liberadas......y ........abandonadas!!!! Estoy hablando muy seriamente.............renuncio a mi puesto de mujer moderna.

¿ALGUIEN MÁS SE SUMAA...???????


sábado, 21 de noviembre de 2009

HIGH SCHOOL GIRLS



HIGH SCHOOL GIRLS

ESTA SERIE ESTA KAWAI!!
CHICAS, ESCUELA.
TIENE SU LADO ECCHI Y NI MAS NI MENOS QUE SU LADO YURI, PERO CON EL TOQUE PERFECTO DE HUMOR QUE HACE QUE VALGA LA PENA VERLA!!!

miércoles, 18 de noviembre de 2009

TI ME LARGAS!



NO MI INTERESAS,
NO´MBRE, YA NI MI INTERESAS

MI CANSATES
MI MATATES,
MI´SITES LLORAR
MI QUEBRATES EL ALMA
YO OIBA MI CORAZONCITO PARTIRSE EN CACHITOS

JUE TU AMOR,
ESE AMOR DISGRACIAO
TU PERJIDO AMOR
MI DEJATES DOLORIDA

Y AI VIENES, QUEBRAO
VIENES BUSCANDO PERDON
VIENES AQUI, BUSCANDOME
JA! PERO ESTA PROBRE MUJER YA NO ES TU JUGUETE!

TI ME LARGAS!!
NO TI QUERO VER MAS POR AQUI
DEJAME EN PAZ!
EN LA PAZ DE LA MUERTE CON LA CUAL MATATES MI ALMA HACE TIEMPO!
TI MI LARGAS A LA TIZNADA!

QUE TI COMPRE QUIN TE QUERA!
QUE TI AGUANTE, ALGUNA TONTA SURIPANTA!
CUCHALE DE AQUI!
NI TOQUES NI MALLUGUES!
TI MI VAS, AHORITA MESMO!

AHORITA MESMO TI ME VAS!
A METERTE EN NIDOS DE PALOMAS!
A RASCAR POR LAS MISERIAS DEL MAIZAL!
QUE LI DEN MASITA, QUE LI DEN GRANITO!

YO LI DABA MANJARES!
NO SOBRAS, YO LI DABA TOO
LI SERVIA
LI ADORABA
Y TU, COMO BUEY SIN YUNTA TI TRAGABAS EL MONTE POLVOSO!
TENIENDO SACATITO FRESCO, VERDE Y JUGOSO!

Y COMO YO NO SOY TU TONTA!
TI ME LARGAS A LA TIZNADA!

MI RELIGION, MI DIOS, Y MI IGLESIA



CREO EN LA NOCHE PARA LOS AMANTES
CREO EN EL DIA PARA LOS VIVIENTES,
CREO QUE EL AMOR TIENE PODER PARA SANAR,
Y CREO EN LA PASION SIN MEDIDAS

CREO EN EMBEBERME DE LA HUMEDAD SENSUAL DE UN AMANTE,
PROFESO CULPABLE, EL HECHO DE HUMEDECERME EL ALMA EN EL CUERPO DESNUDO DE UN HOMBRE,
MI RELIGION ES AMAR, SENTIR, GEMIR CON TU CUERPO UNIDO AL MIO
MIS SANTOS SON MILES DE ORGASMOS
Y YO, CUAL VIRGEN, ME DEJO ADORAR

ES PUES LA SENSUALIDAD MI CREDO
A PASION DE MI VIDA
Y ERES TU, LA FUENTE DE AGUA BENDITA DE LA QUE BEBO PARA LIMPIARME EL ALMA
PARA SACARME LA ANGUSTIA DE LA ETERNIDAD SIN TI

ES TU CUERPO EL PAN DEL CUAL COMO,
ME ALIMENTAS DE LA CONSAGRADA HOSTIA DE TUS BESOS
Y COMULGO EL VINO DE TU SALIVA EMBRIAGADORA,
ESTA ES MI RELIGION

VERTE DESNUDO
VERTE ERECTO
VERTE DESEOSO, ARDIENTE, HUMEDO
Y BEBER, COMULGAR, COMER DE TI, COMO DE UN DIOS HECHO DE PAN

LAS CUENTAS DE MIS ROSARIO SON TUS CARICIAS, DEBO SABER TODOS LOS MISTERIOS,
MI IGLESIA ES LA HABITACION EN LA CUAL ME DESNUDAS,
EN A QUE ME ENTREGO LIMPIA Y PURA A SACIAR TUS DESEOS
LA CATEDRAL DE NUESTRO AMOR ES EL HOTEL DONDE NOCHE A NOCHE NOS RENDIMOS AL PLACER....

QUE DIVINO ES ABRIRME A TU ENTRADA
QUE PRIMOR EL EMPUJE DE TUS CADERAS!
QUE EXPERIENCIA PERMITIRTE BEBER DE MI SEXO ANSIOSO!
ES LA SENSACION DE LA UNION CON LA DIVINIDAD REGALARTE LA AMBROSIA DE MI CUERPO!

QUE EL CIELO ABRA SUS PUERTAS!
PUES ESTA NOCHE LLEGAREMOS!
UNIDOS, AMANTES, AMIGOS!
CARNALES Y DESPROVISTOS DE PESO!
SECOS DE MATERIA
LIMPIOS DE TODO
DESNUDOS Y ARDIENTES!

LLEGAREMOS ESTA NOCHE
VEREMOS EL ROSTRO DE LA DIVINIDAD

sábado, 7 de noviembre de 2009

LETRAS DE CANCIONES




www.quedeletras.com

domingo, 1 de noviembre de 2009

UNA NOCHE



ESTA ES LA NOCHE DE LA OSCURIDAD!
LA NOCHE DEL AÑO EN QUE TODOS LOS SERES NO VIVOS VIENEN!
ESTA ES LA NOCHE EN QUE SE ROMPEN LAS BARRERAS ENTRE LOS MUNDOS!
LOS FUEGOS SAGRADOS SE ENCIENDEN Y EL SOL RENACERA!
ESTA ES LA NOCHE EN LA CUAL LA MAGIA SE CIERNE SOBRE EL MUNDO!

Y EN ESTA NOCHE HAS DE CUIDAR!
CAMINA DE PRISA, NO VOLTEAR AL LLAMADO DE NINGUNA VOZ!
PORQUE NO SABES SI ES UN AMIGO O UN SER SOBRENATURAL!
ESTA ES UNA NOCHE FUERA DE LO COMUN!

sábado, 31 de octubre de 2009

POR TU MIRADA


POR UNA MIRADA. REYNOS
POR UNA SONRISA. EL CIELO
POR UN BESO TUYO, AMOR QUE NO HARIA YO

POR TU CALIDEZ DERRAMANDOSE EN MI CORAZON,
POR LA DULZURA DE TUS MANOS DANDOLE CALIDEZ A MI PIEL
POR TU VOZ, MI ANGEL, QUE NO DARIA POR OIR TU VOZ?

POR TU MIRADA LLENA DE VIDA,
POR LA BELLEZA DE TU AMOR,
POR LA TERNURA DE TUS CARICIAS
YO LO DARIA TODO, MI AMOR

martes, 27 de octubre de 2009

HOLA/ MIRANDA

Hola
Hola, ¿Qué tal?, ¿Cómo te va?
¡Qué frase más vulgar!
Con la que me voy a presentar

Cuando a lo lejos oigo un "boomb"
Yo sé que estás ahí
Y no me importa cómo
Seguro te vas a acercar a mi

Quiero conocerte
Cambiarías un poquito de mi suerte
Sigue la corriente
El impulso de tu piel nunca te miente
Oooh!

El disco de mi mente
Se re siente con tu corazón
"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"

No ves que es necesário
Terminar en una habitación
"Invítame a tu habitación... ¡¡YA!!"

Si no tiene nada que ver
Por dios disculpame
No sé ni como tuve tu piel

De proponermelo de hacer
A la primera vez
Tal fácil es decirlo
Que no va a ser tan facil que se de

Quiero conocerte
Cambiarías un poquito de mi suerte
Sigue la corriente
El impulso de tu piel nunca te miente
Oooh!

El disco de mi mente
Se re siente con tu corazón
"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"

No ves que es necesário
Terminar en una habitación
"Invítame a tu habitación"
"Invítame a tu habitación"

Pasemos a lo bueno
Deshazte de tu ropa
Y dime "Oh", "oh", oh", "oh", "uoh, oh, oh" "oh, oh, oh, oh"

Muñeca te lo ruego
Agítame la boca
Y dime "Oh", "oh", oh", "oh", "uoh, oh, oh" "oh, oh, oh, oh"

"Quiero conocerte"
"Cambiarías un poquito de mi suerte"
"Sigue la corriente"
"El impúlso de tu piel nunca te miente"

"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"

"Invítame a tu habitación... ¡¡YA!!"

"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"
"El disco de tu corazón"

Pasemos a lo bueno
Deshazte de tu ropa
Y dime "Oh", "oh", oh", "oh", "uoh, oh, oh" "oh, oh, oh, oh"

Muñeca te lo ruego
Agítame la boca
Y dime "Oh", "oh", oh", "oh", "uoh, oh, oh" "oh, oh, oh, oh"

Pasemos a lo bueno...

ESTA FUE LA LETRA DE LA CANCION DE ENTRADA DE "LALOLA", AL MENOS EN MEXICO ASI FUE Y ES UNA CANCION DIVINA POR ESO MISMO LA SUBO AQUI, ES DE ESTE MAGNIFICO GRUPO MIRANDA, QUE TRAE UNA BUENA PROPUESTA, UN POCO PSICODELICA, PERO GENIAL

viernes, 23 de octubre de 2009

jueves, 22 de octubre de 2009

QUIERO


QUIERO LLENARME DE TI!
QUIERO QUE ME DES TU AMOR!
QUIERO PROBAR DE TU PIEL EL SABOR!
QUIERO LLENARME LAS MANOS DE TI!

QUIERO QUE TE ENAMORES DE MI!
QUIERO DEJAR ATRAS LA AMARGA SEPARACION!
QUIERO SER TODA DE TI!
YO SOLO QUIERO VIVIR PARA TI!

DESEANDOTE

HE PENSADO EN NUESTRO ENCUENTRO,
HE PENSADO Y HE SOÑADO CON ESE MOMENTO

UNA PUERTA ABIERTA,
UNA CAMA TIBIA,
TU DESLIZANDOTE HASTA TOCARME,
Y TUS MANOS LLENANDOME DE CARICIAS.....(TE DESEO TANTO)

HE IMAGINADO COMO SERIA SENTIR DE NUEVO TUS LABIOS,
PERDERME EN UN BESO LLENO DE LUJURIA,
SENTIR TU LENGUA ACARICIAR LA MIA
Y COMPROBAR LA HUMEDAD QUE ME PROVOCAS (CALOR)

SE MUY BIEN QUE PASARA DESPUES,
PRENDAS CAYENDO (DELICIOSO)
MANOS ANSIOSAS, CALIDAS, LUJURIOSAS (LO AÑORO)
Y TU TOQUE EN LAS PERLAS QUE SON MIS PEZONES

SE QUE BUSCARAS CON SED BEBER DE MI,
SE QUE SENTIRE EL CALOR DE TU LENGUA EN MI SEXO HUMEDO,
Y SE MUY BIEN QUE GEMIRE AL SENTIRTE, ASI, TAN MIO!
Y QUE DIRE TU NOMBRE MIENTRAS LAMES Y BEBES (OH DIOS MIO!)

LO QUE BUSCAS ES OIRME,
GEMIR, SUSPIRAR, GRITAR
SE MUY BIEN QUE MI EXTASIS ES TU ALIMENTO,
Y QUE DESPUES DE MUCHO, DEJARAS TEMBLANDO MIS MUSCULOS! (MUCHAS VECES)

SIN EMBARGO CARIÑO, AUNQUE EL PLACER ES VASTO,
YO AÑORO QUE ME DEJES SERVIRME DE TI! (MMMMM)
QUIERO DARTE EL MISMO PLACER QUE ME HAS DADO!
QUIERO SER YO QUIEN CALME SU SED EN TU NECTAR!

MI LENGUA ESTARA DESESPERADA POR SENTIR,
POR DEGUSTARTE A PLACER
QUIERO SER LLENADA DE TI,
ANSIOSA ESTOY DE ALIMENTAR MI LASCIVIA EN TU SEXO!

QUE NOCHE NOS ESPERA AMOR!
QUE NOCHE!
SI APENAS HE IMAGINADO EL COMIENZO!
SI SABEMOS QUE NOS DESEAMOS!
SI SABEMOS QUE NOS AMAMOS!
SI EN NOSOTRSO REYNA EL DESEO!

http://www.youtube.com/watch?v=t4NsBIVcWGo

CAMBIOS



LA VASTEDAD DE MIS SENTIMIENTOS SUELE CONFUNDIRME
LA SOLEDAD Y YO SIEMPRE FUIMOS GEMELAS
PERO HOY, SE VA DE MI Y ME DEJA
SOLA

LA NOCHE ERA MI MADRE,
SU VIENTRE FRESCO ME ARRULLABA,
Y HOY, EL SOL, MI PADRE
ME RECLAMA COMO SUYA Y ME ARREBATA

MI CUERPO ERA DE CRISTAL,
DE AMATISTA Y DE ONICE
POSEIA LABIOS DE RUBI Y OJOS DE AMBAR,
PERO ME HAN ROBADO Y ME DEJARON SIN NADA

MI CORAZON ERA MUY TIERNO,
Y LE HAN GOLPEADO Y HERIDO,
CON LAGRIMAS Y VINAGRE LO ENCURTIERON,
YA NO HAY MAS DOLOR, NO SIENTO COMPASION

ALGUNA VEZ FUI VIRGEN,
LA PUREZA DE MI MIRADA HACIA TEMBLAR A MILES,
Y EN ESTA NOCHE,  DESNUDA,
LA CALIDEZ DE MI PIEL HACE NACER LUJURIA

ALGUNA VEZ FUI OTRA,
HACE TIEMPO ERA DISTINTA,
PERO SE HAN ENCARGADO DE HACERME DAÑO
Y HOY, ME HE CONVERTIDO EN VOLCAN Y ACERO

miércoles, 21 de octubre de 2009

DE KATHERINE MANSFIELD


La Lección de Canto (The singing lesson) es un relato de la escritora neocelandesa Katherine Mansfield, publicado en la antología de 1922 La fiesta en el jardín y otras historias (The garden party and other stories)




Quizás no sea el cuento más acabado de Katherine Mansfield, sin embargo, resulta inevitable para comprender algunos aspectos de su narrativa.









La Lección de Canto.

The Singing Lesson, Katherine Mansfield (1888-1923)





Desesperada, con una desesperación gélida e hiriente que se clavaba en el corazón como una navaja traidora, la señorita Meadows, con toga y birrete y portando una pequeña batuta, avanzó rápidamente por los fríos pasillos que conducían a la sala de música. Niñas de todas las edades, sonrosadas a causa del aire fresco, y alborotadas con la alegre excitación que produce llegar corriendo a la escuela una espléndida mañana de otoño, pasaban corriendo, precipitadas, empujándose; desde el fondo de las aulas llegaba el ávido resonar de las voces; sonó una campana, una voz que parecía la de un pajarillo llamó: «Muriel». Y luego se oyó un tremendo golpe en la escalera, seguido de un clong, clong, clong. Alguien había dejado caer las pesas de gimnasia.



La profesora de ciencias interceptó a la señorita Meadows.



-Buenos días -exclamó con su pronunciación afectada y dulzona-. ¡Qué frío!, ¿verdad? Parece que estamos en invierno.



Pero la señorita Meadows, herida como estaba por aquel puñal traicionero, contempló con odio a la profesora de ciencias. Todo en aquella mujer era almibarado, pálido, meloso. No le hubiera sorprendido lo más mínimo ver a una abeja prendida en la maraña de su pelo rubio.



-Hace un frío que pela -respondió la señorita Meadows, taciturna.

La otra le dirigió una de sus sonrisas dulzonas.

-Pues tú parece que estás helada -dijo. Sus ojos azules se abrieron enormemente, y en ellos apareció un destello burlón. (¿Se habría dado cuenta de algo?)

-No, no tanto -respondió la señorita Meadows, dirigiendo a la profesora de ciencias, en réplica a su sonrisa, una rápida mueca, y prosiguiendo su camino...



Las clases de cuarto, quinto y sexto estaban reunidas en la sala de música. La algarabía que armaban era ensordecedora. En la tarima, junto al piano, estaba Mary Beazley, la preferida de la señorita Meadows, que tocaba los acompañamientos. Estaba girando el atril cuando descubrió a la señorita Meadows y gritó un fuerte «;Sssshhhh! ¡chicas!», mientras la señorita Meadows, con las manos metidas en las mangas de la toga, y la batuta bajo el brazo, bajaba por el pasillo central, subía los peldaños de la tarima, se giraba bruscamente, tomaba el atril de latón, lo plantificaba frente a ella, y daba dos golpes secos con la batuta pidiendo silencio.



-¡Silencio, por favor! ¡Cállense ahora mismo! -Y, sin mirar a nadie en particular, paseó su mirada por aquel mar de variopintas blusas de franela, de relucientes y sonrosadas manos y caras, de lacitos en el pelo que se estremecían cual mariposas, y libros de música abiertos. Sabía perfectamente lo que estaban pensando. «La Meady está de malas pulgas.» ¡Muy bien, que pensasen lo que les viniese en gana! Sus pestañas parpadearon; echó la cabeza atrás, desafiándolas. ¿Qué podían importar los pensamientos de aquellas criaturas a alguien que estaba mortalmente herida, con una navaja clavada en el corazón, en el corazón, a causa de aquella carta...?



«Cada vez presiento con mayor nitidez que nuestro matrimonio sería un error. Y no es que no te quiera. Te quiero con todas las fuerzas con las que soy capaz de amar a una mujer, pero, a decir verdad, he llegado a la conclusión de que no tengo vocación de hombre casado, y la idea de formar un hogar no hace mas que...» y la palabra «repugnarme» estaba tachada y en su lugar había escrito «apesadumbrarme».



¡Basil! La señorita Meadows se acercó al piano. Y Mary Beazley, que había estado esperando aquel instante, hizo una inclinación; sus rizos le cayeron sobre las mejillas mientras susurraba:



-Buenos días, señorita Meadows. -Y, más que darle, le ofrendaba un maravilloso crisantemo amarillo. Aquel pequeño rito de la flor se repetía desde hacía mucho tiempo, al menos un trimestre y medio. Y ya formaba parte de la lección con la misma entidad, por ejemplo, que abrir el piano. Pero aquella mañana, en lugar de tomarlo, en lugar de ponérselo en el cinto mientras se inclinaba junto a Mary y decía: «Gracias, Mary. ¡Qué maravilla! Busca la página treinta y dos», el horror de Mary no tuvo límites cuando la señorita Meadows ignoró totalmente el crisantemo, no respondió a su saludo, y dijo con voz gélida:

-Página catorce, por favor, y marca bien los acentos.

¡Qué momento de confusión! Mary se ruborizó hasta que lágrimas le asomaron a los ojos, pero la señorita Meadows había vuelto junto al atril, y su voz resonó por toda la sala:

-Página catorce. Vamos a empezar por la página catorce. Un lamento. A ver, niñas, ya deberían saberlo de memoria. Vamos a cantarlo todas juntas, no por partes, sino todo seguido. Y sin expresión. Quiero que lo canten sencillamente, marcando el compás con la mano izquierda.



Levantó la batuta y dio dos golpecitos en el atril. Y Mary atacó los acordes iniciales; y todas las manos izquierdas se pusieron a oscilar en el aire, y aquellas vocecillas chillonas, juveniles, empezaron a cantar lóbregamente:



¡Presto! Oh cuán presto marchitan las rosas del placer;

qué pronto cede el otoño ante el lóbrego invierno.

¡Fugaz! Qué fugaz la musical alegría se quiere volver

alejándose del oído que la sigue con arrebato tierno.



¡Dios mío, no había nada más trágico que aquel lamento! Cada nota era un suspiro, un sollozo, un gemido de incomparable dolor. La señorita Meadows levantó los brazos dentro de la amplia toga y empezó a dirigir con ambas manos. «...Cada vez presiento con mayor nitidez que nuestro matrimonio sería un error...», marcó. Y las voces cantaron lastimeramente: ¡Fugaz! Qué fugaz... ¡Cómo se le podía haber ocurrido escribir aquella carta! ¿Qué lo podía haber inducido a ello? No tenía ninguna razón de ser. Su última carta había estado exclusivamente dedicada a la compra de unos anaqueles en roble curado al humo para «nuestros» libros, y una «preciosa mesita de recibidor» que había visto, «un mueblecito precioso con un búho tallado, que estaba sobre una rama y sostenía en las garras tres cepillos para los sombreros». ¡Cómo la había hecho sonreír aquella descripción! ¡Era tan típico de un hombre pensar que se necesitaban tres cepillos para los sombreros! La sigue con arrebato tierno..., cantaban las voces.



-Otra vez -dijo la señorita Meadows-. Pero ahora vamos a cantarla por partes. Todavía sin expresión.

-¡Presto! Oh cuán presto... -con la añadidura de la voz triste de las contraltos, era imposible evitar un estremecimiento- marchitan las rosas del placer. -La última vez que Basil había ido a verla llevaba una rosa en el ojal. ¡Qué apuesto estaba con aquel traje azul y la rosa roja! Y el muy pícaro lo sabía. No podía no saberlo. Primero se había alisado el pelo, luego se atusó el bigote; y cuando sonreía sus dientes eran perlas.

-La esposa del director del colegio siempre me está invitando a cenar. Es de lo más engorroso. Nunca consigo tener una tarde para mí en esa escuela.

-¿Y no puedes rechazar la invitación?

-Verás, una persona en mi posición debe procurar ser popular.

-...la musical alegría se quiere volver -atronaban las voces. Tras los altos y estrechos ventanales los sauces eran mecidos por el viento. Ya habían perdido la mitad de las hojas. Las que quedaban se agarraban, retorcidas como peces atrapados en el anzuelo. «...No tengo vocación de hombre casado... » Las voces habían cesado; el piano esperaba.

-No está mal -dijo la señorita Meadows, pero todavía en un tono tan extraño y lapidario que las niñas más jóvenes empezaron a sentirse asustadas-. Pero ahora que lo saben, tenemos que cantarlo con expresión. Con toda la expresividad de la que sean capaces. Piensen en la letra, niñas. Empleen la imaginación. ¡Presto! Oh cuán presto... -entonó la señorita Meadows-. Esto es lo que debe ser un lamento, algo fuerte, recio, un forte. Y luego, en la segunda línea, cuando dice el lóbrego invierno, que ese lóbrego sea como si un viento helado soplase por él. ¡Ló-bre-go! -cantó en un tono tan lastimero que Mary Beazley, frente al piano, sintió un escalofrío-. Y la tercera línea debe ser un crescendo. ¡Fugaz! Qué fugaz la musical alegría se quiere volver. Que se rompe con la primera palabra de la última línea, alejándose. Y al llegar a del oído ya tienen que empezar a apagarse, a morir.., hasta que arrebato tierno no sea más que un débil susurro... En la última línea pueden demorarse cuanto quieran. Vamos a ver.



Y de nuevo los dos golpecitos; y los brazos levantados.

-¡Presto! Oh cuán presto... -«... y la idea de formar un hogar no hace más que repugnarme». Repugnarme, eso era lo que había escrito. Aquello equivalía a decir que su compromiso quedaba roto para siempre. ¡Roto! ¡Su compromiso! La gente ya se había mostrado bastante sorprendida de que estuviese prometida. La profesora de ciencias al principio no le creyó. Pero quizá la más sorprendida había sido ella misma. Tenía treinta años. Basil veinticinco. Había sido un milagro, un puro milagro, oírle decir, mientras paseaban hacia su casa volviendo de la iglesia aquella noche oscura: «¿Sabes?, no sé exactamente cómo, pero te he tomado cariño». Y le había cogido un extremo de la boa de plumas de avestruz- que la sigue con arrebato tierno.

-¡A repetirlo, a repetirlo! -exclamó la señorita Meadows-. ¡Un poco más de expresión, muchachas! ¡Una vez más!

-¡Presto! Oh cuán presto... -Las chicas mayores ya tenían el rostro congestionado; algunas de las pequeñas empezaron a sollozar. Grandes salpicaduras de lluvia cayeron contra los cristales, y se oía el murmullo de los sauces, «y no es que no te quiera...».



«Pero, querido, si me amas -pensó la señorita Meadows- no me importa que sea mucho o poco, con tal de que sea algo.» Pero sabía que en realidad él no la quería. ¡Que no se hubiera preocupado por borrar bien aquel «repugnarme» para que ella no lo pudiese leer!



-Qué pronto cede el otoño ante el lóbrego invierno.

Y también tendría que abandonar la escuela. Nunca más podría soportar la cara de la profesora de ciencias o de las alumnas una vez se supiese. Tendría que desaparecer, irse a otro lugar.

-Alejándose del oído... -Las voces empezaron a agonizar, a morir, a desvanecerse... en un susurro...



De pronto se abrió la puerta. Una niña pequeña, vestida de azul, avanzó con aire remilgado por el pasillo, moviendo la cabeza, mordiéndose los labios, y dando vueltas a la pulserita de plata que llevaba en la muñeca. Subió los peldaños y se detuvo ante la señorita Meadows.



-¿Qué sucede, Mónica?

-Señorita Meadows -dijo la niña tartamudeando-, la señorita Wyatt dice que desea verla en la sala de profesoras.

-De acuerdo -respondió la profesora. Y llamó la atención de las muchachas-: Confío por el propio bien de ustedes que sabrán comportarse y no hablar fuerte mientras salgo un momento. -Pero estaban demasiado espantadas para alborotar. La gran mayoría se estaba sonando.



Los pasillos estaban silenciosos y fríos; y resonaban con los pasos de la señorita Meadows. La directora estaba sentada a su mesa. Tardó unos segundos en mirarla. Como de costumbre, estaba desenredándose las gafas que se le habían enganchado en la corbata de puntillas.



-Siéntese, señorita Meadows -dijo muy amablemente. Y tomó un sobre rosado que se hallaba sobre el secante del escritorio-. Le he hecho avisar en mitad de la clase porque acaba de llegar este telegrama para usted.

-¿Un telegrama para mí, señorita Wyatt?

¡Basil! ¡Basil se había suicidado!, decidió la señorita Meadows. Alargó la mano pero la señorita Wyatt retuvo el telegrama un instante.

-Espero que no sean malas noticias -dijo, con forzada amabilidad. Y la señorita Meadows lo abrió precipitadamente.



«No hagas caso carta, debí estar loco, hoy compré mesita sombrerero. Basil», leyó. No podía apartar los ojos del telegrama.



-Espero que no sea nada grave -dijo la señorita Wyatt inclinándose hacia adelante.

-Oh, no, no. Muchas gracias, señorita Wyatt -replicó la señorita Meadows ruborizándose. No es nada grave. Es... -dijo con una risita de disculpa-, es de mi prometido anunciándome que... que... -se produjo un silencio.

-Ya entiendo -dijo la señorita Wyatt. Hubo otro silencio. Y añadió-: Todavía le quedan quince minutos de clase, señorita Meadows, si no me equivoco.

-Sí, señorita Wyatt -dijo, levantándose. Y casi salió corriendo hacia la puerta.

-Ah, un instante, señorita Meadows -dijo la directora-. Debo recordarle que no me gusta que las profesoras reciban telegramas en horas de clase, a menos que sea por motivos muy graves, la muerte de un familiar -explicó la señorita Wyatt-, un accidente muy grave, o algo así. Las buenas noticias, señorita Meadows, siempre pueden esperar.



En alas de la esperanza, el amor, la alegría, la señorita Meadows se apresuró a regresar a la sala de música, bajando por el pasillo, subiendo a la tarima y acercándose al piano.



-Página treinta y dos, Mary -dijo-, página treinta y dos. -Y tomando aquel amarillísimo crisantemo se lo llevó a los labios para ocultar su sonrisa. Luego se volvió a las chicas y dio unos golpecitos con la batuta-: Página treinta y dos, niñas, página treinta y dos.



Venimos aquí hoy de flores coronadas,

con canastillas de frutas y de cintas adornadas,

para así felicitar...



-¡Basta, basta! -exclamó la señorita Meadows-. Esto es terrible, horroroso. -Y sonrió a las muchachas-. ¿Qué demonios les pasa hoy? Piensen, piensen un poco en lo que cantan. Empleen la imaginación. De flores coronadas, Canastillas de frutas y de cintas adornadas. Y para felicitar -exhaló la señorita Meadows-. No pongan esa cara tan triste, niñas. Tiene que ser una canción cálida, alegre, placentera. Para felicitar. Una vez más. Venga, aprisa. Todas juntas ¡Ahora!



Y esta vez la voz de la señorita Meadows se levantó por encima de todas las demás, matizada, brillante, llena de expresividad.





Katherine Mansfield (1888-1923)





Vida de Ma Parker (Life of Ma Parker) es un relato de la escritora neocelandesa Katherine Mansfield, publicado en 1921 en la antología La fiesta en el jardín y otras historias (The garden party and other stories)




Desde la muerte de un nieto, pasando por una analepsis desmesurada, jamás eludiendo las diferencias sociales, reflexionando sobre el dolor y la desdicha; Vida de Ma Parker es, y con plena justicia, uno de los mejores cuentos de Katherine Mansfield.







Vida de Ma Parker.

Life of Ma Parker, Katherine Mansfield (1888-1923)





Cuando el caballero literato, cuyo apartamiento limpiaba la anciana señora Ma Parker todos los martes, le abrió la puerta aquella mañana, aprovechó para preguntarle por su nieto. Ma Parker se detuvo sobre el felpudo del pequeño y oscuro recibidor, alargó el brazo para ayudar al señor a cerrar la puerta, y sólo después replicó apaciblemente:



-Ayer lo enterramos, señor.

-¡Dios santo! No sabe cuánto lo siento -dijo el caballero literato en tono desolado. Estaba a medio desayunar. Llevaba una bata deshilachada y en una mano sostenía un periódico arrugado. Pero se sintió incómodo. No podía volver al confort de la sala sin decir algo, sin decirle algo más. Y como aquella gente daba tanta importancia a los entierros, añadió amablemente:

-Espero que el entierro fuese bien.

-¿Cómo dice, señor? -dijo con voz ronca la anciana Ma Parker.

¡Pobre mujer! Estaba acabada.

-Que espero que el entierro fuese bien... -repitió.



Ma Parker no respondió. Agachó la cabeza y se encaminó hacia la cocina, llevando aquella usada bolsa de pescado en la que guardaba las cosas de la limpieza, un mandil y unas zapatillas de fieltro. El literato enarcó las cejas y volvió a sumirse en su desayuno.



-Supongo que está abatida -dijo en voz alta, tomando un poco de mermelada.



Ma Parker se quitó los dos alfileres que le sujetaban la toca y la colgó detrás de la puerta. Se desabrochó la raída chaqueta y también la colgó. Luego se ató el mandil y se sentó para quitarse las botas. Ponerse o quitarse las botas era un verdadero martirio, pero lo había sido durante años. De hecho estaba ya tan acostumbrada a aquel dolor que su rostro se contraía en una mueca dispuesto a sentir el pinchazo mucho antes de que hubiese empezado a desatarse los lazos. Terminada esta operación, se recostó momentáneamente en la silla con un suspiro y empezó a frotarse suavemente las rodillas...



-¡Abuela, abuela! -gritaba su nietecillo subido con sus botines sobre su falda. Acababa de volver de jugar en la calle.

-¡Mira cómo le has dejado la falda a la abuela...! ¡Malo, más que malo!

Pero él le echaba los brazos al cuello y frotaba su mejillita contra la de ella.

-Abuelita, ¡danos una moneda! -le decía, zalamero.

-Fuera de aquí; ya sabes que la abuela no tiene dinero.

-Sí, sí tienes.

-No, no tengo.

-Sí, sí tienes. ¡Danos una moneda!

Y ella ya estaba buscando su bolso viejo y desvencijado de cuero negro.

-Muy bien, ¿y tú a cambio qué le darás a tu abuela?

El niño soltó una tímida risita y se apretujó más contra ella. Notó sus pestañas haciéndole cosquillas en la mejilla.

-Pero si yo no tengo nada... -murmuró el niño.



La anciana se levantó como impulsada por un resorte, tomó el hervidor de metal que estaba sobre la cocina de gas y la llevó hasta el fregadero. El ruido del agua llenando el hervidor amortiguó su dolor, o eso parecía. Aprovechó para llenar también el balde y el barreño. Se necesitaría un libro entero para describir el estado de aquella cocina. Durante la semana el caballero literato «se las apañaba solo». Lo cual significaba que vaciaba una y otra vez los restos del té en un tarro de mermelada colocado ex profeso para tal fin, y cuando se quedaba sin tenedores limpios limpiaba uno o dos en un trapo de cocina. Por lo demás, como solía explicar a sus amigos, su «sistema» era bastante sencillo, y no acababa de entender cómo la gente tenía tantos problemas con la vida doméstica.



-No hay más que ensuciar todo lo que tienes, contratar a una vieja una vez por semana para que lo limpie todo, y ya está.



El resultado era una especie de descomunal basurero. Incluso el suelo estaba plagado de trozos de tostadas, sobres y colillas. Pero Ma Parker no le tenía inquina. Le daba lástima que aquel pobre caballero, todavía joven, no tuviese quién le cuidara. Por la ventanita tiznada se divisaba una inmensa extensión de cielo tristón, y siempre que había nubes parecía que fuesen nubes raídas, usadas, desgastadas por los bordes, agujereadas, como oscuras manchas de té. Mientras el agua se calentaba Ma Parker empezó a barrer el suelo. «Sí -pensó, mientras la escoba iba dando bandazos-, entre una cosa y otra ya he soportado lo mío. Ha sido una vida dura.»



Incluso sus vecinos se lo decían. Muchas veces, cuando volvía exhausta a casa llevando aquella bolsa de pescado, les oía decir, entre ellos, mientras esperaban en una esquina, o se inclinaban sobre la verja de alguna casa: «Vaya una vida dura que le ha tocado vivir a la pobre Ma Parker». Y era tan cierto, que no sentía el menor orgullo por ello. Era como si alguien hubiese comentado que vivía en el sótano interior del número 27 ¡Qué vida más dura...! A los dieciséis años había abandonado Stratford para ir a Londres como ayudante de cocina. Sí, había nacido en Stratford-on-Avon. ¿Shakespeare, decía? No, señor, todo el mundo le preguntaba siempre por él. Pero nunca había oído ese nombre hasta verlo en las carteleras de los teatros. Ya no recordaba nada de Stratford excepto aquel «sentados junto al hogar podían verse las estrellas por la chimenea», y «mamá siempre había tenido sus lonjas de tocino colgando del techo». Y aún había algo más -una mata-, junto a la puerta de la casa, una mata que siempre olía maravillosamente. Pero la mata era algo muy difuso. Sólo la recordó una o dos veces en el hospital, la vez que había estado tan enferma.



Aquella casa había sido horrible: la primera casa. No la dejaban salir nunca. Nunca subía a la planta como no fuese para rezar por la mañana y por la noche. El sótano no estaba mal, pero la cocinera era una mujer cruel. Le quitaba las cartas que le escribía su familia antes de que hubiese tenido tiempo de leerlas y las echaba al fuego porque la hacían soñar... ¡Y las cucarachas! ¿Quién lo hubiera dicho, eh? Pues lo cierto era que hasta que había ido a Londres jamás había visto una cucaracha negra. Al llegar a este punto Ma siempre soltaba una risita, como si... ¡mira que no haber visto nunca una cucaracha! ¡vaya! Era como si alguien dijera que nunca se había visto los pies. Cuando aquella familia fue desahuciada se fue como «ayudanta» a la casa de un doctor, y después de dos años allí, corriendo arriba y abajo todo el día, se casó con su marido. Un panadero.



-¡Un panadero, señora Parker! -exclamaba el caballero literato. Porque algunas veces dejaba de lado sus volúmenes y la escuchaba o, al menos, escuchaba ese producto llamado Vida-. ¡Debe de ser bastante bonito estar casada con un panadero!

La señora Parker no parecía tan segura.

-Es un oficio tan limpio -argüía el literato.

La señora Parker no estaba muy convencida.

-¿No le gustaba entregar el pan calentito a los clientes?

-Mire, señor -decía Ma Parker-, yo no subía a la tahona muy a menudo. Tuvimos trece niños y enterramos a siete. ¡Cuando aquello no era un hospital, era una enfermería, como quien dice!

-Ni que lo diga, señora Parker ni que lo diga -exclamaba el literato, estremeciéndose, y volviendo a empuñar la pluma.



Sí, siete habían muerto, y cuando los otros seis todavía eran pequeños su marido se volvió tísico. Harina en los pulmones, le había dicho a ella el médico... Su marido estaba sentado en la cama con la camisa subida hasta la cabeza, y el dedo del doctor trazó un círculo sobre su espalda.



-Fíjese, si ahora se abriese un agujero aquí, señora Parker, vería que tiene los pulmones embozados de pasta blanca. Respire, buen hombre, ¡respire hondo! -Y la señora Parker jamás supo si había visto o si había imaginado que veía una gran nube de polvo blanco salir de los labios de su pobre marido...



Y lo que había tenido que luchar para sacar adelante a aquellos seis renacuajos y para mantenerse en pie. ¡Había sido terrible! Y entonces, cuando ya empezaban a ser suficientemente mayores para ir al colegio, la hermana de su marido había ido a vivir con ellos para ayudarles un poco, y cuando todavía no llevaba allí dos meses se había caído por una escalera lastimándose el espinazo. Y durante cinco años Ma Parker cargó con otro niño -¡y vaya una cuando le daba por llorar!- a quien cuidar. Luego la pequeña Maudie optó por el mal camino y arrastró con ella a su hermana Alice; los dos chicos emigraron, y el pequeño Jim se fue a la India con el ejército, y Ethel, la más pequeña, se casó con un camarerillo pelafustán que murió de úlceras el año que nació el pequeño Lennie. Y ahora le había tocado al pequeño Lennie, mi nietecito... Lavó y secó la pila de tazas y de platos sucios. Limpió los cuchillos negros con un trozo de patata y con el corcho de un tapón. Fregó la mesa, el aparador y el fregadero en el que flotaban colas de sardina...



Nunca había sido un niño demasiado fuerte, nunca, desde que nació. Era uno de esos bebés rubios a quien todo el mundo toma por una niña. Tenía rizos blancos, plateados, ojos azules, y un lunar, como un diamante, a un lado de la nariz. ¡Lo que les había costado a Ethel y a ella criarlo! ¡Habían probado tantas cosas que habían leído en los periódicos! Cada domingo por la mañana Ethel leía en voz alta mientras Ma Parker hacía la colada.



Señor director:

Sólo un par de líneas para comunicarle que mi pequeño Myrtil que se hallaba grave de muerte... Y tras cuatro frascos de... aumentó 8 libras en 9 semanas, y todavía continúa engordando.



Y entonces sacaban del aparador la huevera que servía de tintero y se escribía la carta, y al día siguiente por la mañana, camino del trabajo, Ma compraba el impreso para el giro postal. Pero no servía de nada. No había modo de que el pequeño Lennie engordase. Ni siquiera llevándolo al cementerio cogía un poco de color; y un buen ajetreo en el autobús tampoco lograba que mejorase su apetito. Aunque desde el principio había sido el niño mimado de su abuela...



-¿Quién te quiere a ti? -dijo la anciana Ma Parker abandonando los fogones y dirigiéndose hacia la mugrienta ventana. Y una vocecita tan cálida y próxima que casi la sobresaltó -pues parecía brotar de debajo de su corazón- se echó a reír, respondiendo: «¡La abuelita!».

En aquel momento se oyeron pasos y el literato apareció, vestido de calle.

-Señora Parker, voy a salir.

-Perfectamente, señor.

-Encontrará la media corona en la bandejita del tintero.

-Gracias, señor.

-Por cierto, señora Parker -dijo el caballero rápidamente-, ¿no tiraría usted por casualidad un poco de cacao la última vez que vino a limpiar, verdad?

-No, señor.

-¡Qué extraño! Hubiera jurado que quedaba una cucharadita de cacao en la lata -explicó-. Y -añadió amablemente pero con firmeza-: siempre que tire alguna cosa dígamelo, ¿eh, señora Parker? -Y salió muy contento de sí mismo, convencido, en realidad, de haberle demostrado a la señora Parker que, bajo su aparente despiste, era tan observador como una mujer.



Se oyó el portazo. Ma Parker tomó la escoba y el trapo del polvo y se encaminó al dormitorio. Pero cuando empezó a hacer la cama, tirando de las sábanas, metiéndolas bien y alisándolas, el recuerdo del pequeño Lennie se hizo insoportable. ¿Por qué había tenido que sufrir tanto? Eso era lo que ella no podía comprender. ¿Por qué aquel angelito había tenido que hacer esfuerzos sobrehumanos por respirar, luchando por cada gota de aire? No tenía ningún sentido que un niño sufriese de aquel modo. Del pecho del niño, de aquella cajita, salía un sonido como si algo hirviese. Tenía un gran bulto, algo bulléndole en el pecho y no podía expulsarlo. Cuando tosía toda la cabecita se le cubría de sudor; los ojos se le saltaban, le temblaban las manos, y el gran bulto oscilaba como una patata dentro de un cazo. Pero lo peor de todo era que cuando no tosía permanecía sentado, recostado en la almohada, y nunca hablaba ni contestaba, incluso hacía como si no oyese. Se limitaba a quedarse con la mirada fija, como si estuviese ofendido.



-La abuelita no puede hacer nada, cariñín -decía Ma Parker, apartándole suavemente el pelo húmedo de las coloradas orejas. Pero Lennie movía la cabeza y se apartaba. Parecía tremendamente enfadado con ella... y solemne. Agachaba la cabeza y la miraba de reojo, como si nunca hubiera podido pensar que su abuela fuese capaz de aquello.



Cuando menos... Ma Parker echó la colcha sobre la cama. No, simplemente no podía pensar en ello. Era demasiado... le había tocado sufrir demasiado en esta vida. Y hasta ahora había aguantado, no había dejado que el sufrimiento hiciese mella en ella, y nadie la había visto llorar ni una sola vez. Nunca, nadie. Ni sus hijos la habían visto dejarse dominar por la desesperación. Siempre había mantenido la cabeza alta. ¡Pero ahora...! Lennie había muerto... ¿qué le quedaba? Nada. Era lo único que le quedaba en esta vida, y ahora también se lo habían llevado. «¿Por qué habrá tenido que ocurrirme precisamente a mí?», se preguntó.



-¿Qué he hecho? -dijo la anciana Ma Parker-. ¿Qué he hecho?



Y mientras pronunciaba estas palabras dejó caer inesperadamente el plumero. Y se encontró en la cocina. Se sentía tan desgraciada que volvió a ponerse el sombrero y las agujas que sujetaban la toca y la chaqueta y salió del apartamiento como una sonámbula. No sabía lo que hacía. Era como una persona que traumatizada por el horror de lo que le acaba de ocurrir, echa a andar... sin dirección alguna, simplemente como si andando pudiese alejarse... En la calle hacía frío. Soplaba un viento helado. La gente pasaba con andar rápido, muy aprisa; los hombres caminaban como tijeras; las mujeres deslizándose como gatos. Pero nadie sabía nada, a nadie le preocupaba. Aunque se hubiese dejado llevar por la desesperación, aunque después de todos aquellos años se hubiese echado a llorar, tanto si le gustaba como si no, habría terminado por encontrarse metida en algún aprieto. Y al pensar en la posibilidad de llorar fue como si el pequeño Lennie hubiera vuelto a saltar a sus brazos. Ah, sí, eso es lo que quiero hacer, pichoncito. La abuela quiere llorar. Si ahora pudiese romper a llorar, si pudiese llorar cuanto quisiera, por todo cuanto le había ocurrido, empezando por la primera casa en la que había servido y aquella cruel cocinera, siguiendo por la familia del doctor, por los siete hijos muertos, por la muerte de su marido, por la partida de los hijos, si pudiese llorar por todos aquellos años de miseria que llevaban hasta el pequeño Lennie. Pero llorar cabalmente por todas esas cosas requería muchísimo tiempo. De todos modos, había llegado el momento de hacerlo. Tenía que hacerlo. No podía continuar aplazándolo ni un minuto más; ya no podía esperar... ¿Adónde podía ir?



«Una vida muy dura la de Ma Parker, muy dura.» ¡Sí, más de lo que creían, durísima! La barbilla le empezó a temblequear; no tenía tiempo que perder. Pero ¿adónde?, ¿adónde? No podía ir a su casa; Ethel estaba allí. La pobre se hubiera llevado un susto de muerte. No podía sentarse en un banco en cualquier parte; la gente se pararía a hacerle preguntas. Y no podía regresar al hogar del caballero literato; no tenía ningún derecho a llorar en casa de otros. Y si se sentaba en la escalera de cualquier edificio algún policía le diría que estaba prohibido hacerlo. ¡Ay! ¿No existía ningún sitio donde pudiese esconderse, estar sola tanto como quisiera, sin que nadie la molestase y sin molestar a otros? ¿No existía ningún lugar en el mundo donde pudiese, por fin, solazarse llorando?



Ma Parker permaneció inmóvil, mirando a uno y otro lado. El gélido viento le hinchó el delantal como si fuese un globo. Y empezó a llover. No, aquel sitio no existía.


Felicidad (Bliss) es un relato de la escritora neocelandesa Katherine Mansfield, publicado en 1918, y corregido para la antología de 1920 Felicidad y otras historias (Bliss and other stories)




El relato se desarrolla durante un día en la vida de una treintañera londinense: Berta Young, donde logra entrar en contacto con una dicha completa (Bliss, de hecho, significa dicha; pero la palabra felicidad está mucho más cerca de la esencia que Mansfield plantea). Pero durante una cena frívola y superficial, en la que Berta convoca a sus amigos, la protagonista descubre que su pareja le es infiel con una de sus invitadas.



Resumido brutalmente, Felicidad parece no depararnos mayores sorpresas. No obstante, el desarrollo y la construcción son notables. Así como el juego irónico que plantea Katherine Mansfield, donde en ocasiones (y utilizamos la frase en inglés, ya que de eso se trata este juego) Ignorance is bliss...






Felicidad.

Bliss, Katherine Mansfield (1888-1923)





A pesar de sus treinta años, Berta Young tenía momentos como éste de ahora, en los que hubiera deseado correr en vez de andar; deslizarse por los suelos relucientes de su casa, marcando pasos de danza; rodar un aro; tirar alguna cosa al aire para volverla a coger, o quedarse quieta y reír... simplemente por nada. ¿Qué puede hacer uno si, aún contando treinta años, al volver la esquina de su calle le domina de repente una sensación de felicidad..., de felicidad plena..., como si de repente se hubiese tragado un trozo brillante del sol crepuscular y éste le abrasara el pecho, lanzando una lluvia de chispas por todo su cuerpo?



¿Es que no puede haber una forma de manifestarlo sin parecer "beodo o trastornado"? La civilización es una estupidez. ¿Para qué se nos ha dado un cuerpo, si hemos de mantenerlo encerrado en un estuche como si fuera algún valioso Stradivarius? "No, la comparación con el violín no expresa exactamente lo que quiero decir-pensó mientras subía corriendo la escalera, y, después de buscar la llave en su bolso y ver que la había olvidado como de costumbre, repiqueteaba con los dedos en el buzón-. Y no lo expresa porque..."



-¡Gracias, Mary! -Entró en el vestíbulo-. ¿Ha vuelto la niñera?

-Sí, señora.

-¿Han traído la fruta?

-Sí, señora; ya está aquí.

-Haga el favor de llevarla al comedor; la arreglaré antes de vestirme.



El comedor estaba ya en penumbra y en él se sentía algo de frío; pero, a pesar de ello, Berta se quitó el abrigo: no podía soportarlo abrochado ni un momento más. El aire frío bañó sus brazos. Pero en su pecho ardía aún aquel fuego resplandeciente que se extendía a todos los miembros como una lluvia de chispas. Casi era insoportable. Apenas se atrevía a respirar por miedo a avivarlo más y, sin embargo, lo hacía muy hondamente. Tampoco se decidía a mirar al frío espejo..., pero miró al fin y vio en él a una mujer radiante, sonriente, de labios trémulos, con unos ojos grandes y oscuros, y en toda ella ese aire atento de quien escucha, esperando algo..., algo divino que va a pasar... y que sabe ha de ocurrir infaliblemente. Mary trajo la fruta en una bandeja y dos grandes platos. Uno de ellos era de cristal y el otro de porcelana azul, muy bonito, con un reflejo extraño, como si lo hubiesen sumergido en un baño de leche.



-¿Doy la luz, señora?

-No, gracias; veo muy bien.



Había mandarinas como bolas de fuego, manzanas llenas de lozanía con tintes de rosa; peras amarillas tan suaves como la seda; uvas blancas con reflejos de plata y un gran racimo de rojas, tan intensas que parecían moradas. Éstas las había comprado para que entonaran con la nueva alfombra del comedor. Sí, tal vez pareciera algo absurdo y rebuscado, pero no era otra la razón de haberlas elegido. En la frutería había pensado: "Tengo que llevarme un racimo de uvas rojas para que en la mesa haya algo que recuerde la alfombra". Y en aquel momento esta idea le pareció muy razonable. Cuando hubo hecho con todas aquellas lustrosas redondeces dos pirámides, se alejó unos pasos para ver el efecto, que era realmente muy curioso. La mesa oscura se fundía en la penumbra de la habitación, y los dos platos -el azul y el de cristal cargados de fruta- parecían flotar en el aire. Esto, debido quizás a su estado de ánimo, le resultó increíblemente hermoso, y se echó a reír.



"¡No, no! Me estoy volviendo histérica", se dijo. Y cogiendo el bolso y el abrigo, subió hasta la habitación de la niña. La niñera estaba sentada ante una mesita baja dando de cenar a la pequeña Berta después de haberla bañado. La niña vestía una bata de franela blanca y una chaquetilla de lana azul, y sus negros y finos cabellos los llevaba peinados hacia atrás terminados en un gracioso moñito. En cuanto vio a su madre, levantó la cabeza y empezó a saltar.



-No, querida, no; come quietecita como una niña buena -dijo la niñera apretando los labios de una forma que Berta conocía ya. Aquello significaba que era uno de los momentos inoportunos para entrar al cuarto de la niña.

-¿Ha sido buena hoy, Tata?

-Toda la tarde ha estado encantadora -contestó en voz baja-. Estuvimos en el parque y me senté en una silla. Cuando la saqué del cochecito se acercó un perro muy grande que me puso la cabeza sobre las rodillas, y la niña le agarró las orejas tirando de ellas. ¡Oh, me hubiese gustado que la señora la hubiese visto!



Berta quiso preguntarle si no le parecía peligroso dejar que la niña tirara de las orejas a un perro desconocido, pero no se atrevió y se quedó mirándolas con los brazos caídos, como una niña pobre delante de otra rica que tiene una muñeca. Su hijita volvió a levantar la cabeza, contemplándola fijamente, y luego le sonrió de manera tan adorable que Berta, sin poder resistir más, dijo:



-¡Oh, Tata, déjeme que termine de darle la cena mientras usted arregla las cosas del baño!

-Como quiera la señora; pero, mientras la niña come, no debe cambiarse la persona que le da de comer -contestó la niñera en voz baja.

¡Qué absurdo! ¿Para qué tener una niña si siempre había de estar guardada, no en una caja como un precioso y raro violín, sino en los brazos extraños de otra mujer?

-Bien, pero yo deseo darle de cenar -dijo Berta.

La niñera, muy ofendida, le entregó la niña.

-Sobre todo, le ruego a la señora que no la excite después de cenar. Ya sabe que es muy impresionable y luego para dormirla me hace pasar un mal rato.

Gracias a Dios la niñera había salido ya de la habitación con las toallas del baño.

-¡Ahora eres toda para mí, preciosa mía! -dijo Berta mientras la niña se apretaba contra ella.



Comió graciosamente, tendiendo los labios hacia la cuchara y agitando después sus manecitas. A veces no quería soltarla, y otras, en el momento que Berta la tenía llena, hacía un además apartándola lejos de sí. Cuando terminó la sopa, Berta se volvió hacia el fuego.



-Eres encantadora..., sencillamente encantadora -dijo mientras la besaba, sintiéndola tan tibia y suave-. ¡Te quiero tanto, tanto!



¡Claro que la quería! ¡La quería por entero! Le gustaba sentir su cuello tibio y ver los deliciosos dedos de sus pies que ahora brillaban con rojizas transparencias ante el fuego de la chimenea... Sí, la quería; la quería tanto, que aquella intensa sensación de dicha plena la dominó de nuevo, y otra vez no supo cómo expresarla, ni qué hacer con ella.



-La llaman al teléfono, señora -dijo la niñera volviendo con aire de triunfo y apoderándose de su pequeña Berta.



Bajó corriendo. Era Harry.

-¿Eres tú, Berta? Se me ha hecho tarde. Tomaré un taxi y llegaré tan pronto como pueda. Retrasa la cena unos diez minutos, ¿quieres?

-Sí, Harry; perfectamente. Oye...

-Dime.

¿Qué podía decirle? Nada, nada en absoluto. Sólo deseaba seguir en contacto con él un momento más; pero no podía gritarle absurdamente: "¡Qué día más preciosos hemos tenido!"

-¿Qué querías? -insistió la vocecita lejana.

-¡Nada! Entendí -dijo Berta, y colgó el auricular, pensando lo estúpida que es la civilización.



Tenían invitados a cenar. Los Norman Knight -una pareja muy bien avenida: él iba a abrir un nuevo teatro y a ella le interesaba la decoración de interiores-; un muchacho joven, llamado Eddie Warren, que acababa de publicar un tomito de versos y a quien todo el mundo invitaba a cenar, y Perla Fulton, un "hallazgo" de Berta. Ésta ignoraba lo que la señorita Fulton hacía. Se habían conocido en el club y Berta se entusiasmó enseguida con ella, como siempre le sucedía con una mujer guapa que tuviera algo extraño y misterioso. Lo que más le atraía de la joven era que, a pesar de haberse visto y hablado muchas veces, aún no la comprendía. Hasta cierto punto, encontraba a la señorita Fulton extraordinariamente franca; pero había en ella esa línea divisoria imposible de trasponer. ¿Existía algo más? Harry decía que no. Le parecía insulsa y fría como todas las rubias, y quizá con un poco de anemia cerebral. Pero Berta no estaba de acuerdo con él por el momento.



-Esa manera que tiene de sentarse ladeando un poco la cabeza y de sonreír oculta algo, Harry -le había dicho-. Tenemos que averiguar lo que es.

-Pues aseguraría que tiene un buen estómago -contestaba Harry.



Le gustaba dejar a su esposa sin respuesta con salidas de esta índole. Unas veces decía: "A mi juicio tiene el hígado helado". Otras: "Quizás padece de narcisismo". En ocasiones: "Tal vez sufre de una afección al riñón"..., y cosas por el estilo. Sin embargo, por alguna razón extraña, a Berta le gustaba eso, y casi lo admiraba. Se dirigió al salón y encendió el fuego en la chimenea. Luego cogió uno de los cojines que Mary había arreglado con tanto esmero y volvió a disponerlos sobre los sillones y los sofás. Así ya era otra cosa. La habitación pareció de repente cobrar vida. Mientras dejaba el último almohadón, quedó sorprendida al ver que lo abrazaba fuerte y apasionadamente. Pero esto no logró extinguir el fuego que ardía en su pecho. ¡Oh, no, no; al contrario!



Las ventanas del salón se abrían a un balcón sobre el jardín. Al fondo, cerca de la tapia, un alto y esbelto peral, totalmente en flor, se erguía magnífico y sereno recortado en el cielo verde jade. Berta veía, a pesar de la distancia, que no tenía ni una flor ni un solo pétalo marchito. Más abajo, en los arriates, los tulipanes rojos y amarillos parecían apoyarse en la oscuridad. Un gato gris, arrastrando el vientre, se deslizaba a través del césped, y otro negro -como su sombra- le seguía. Al verlos tan rápidos y cautelosos, Berta sintió un extraño temblor.



-¡De qué forma más inquietante se arrastran esos animales -balbuceó. Y, apartándose de la ventana, comenzó a pasear por el cuarto.



¡Cómo flotaba el aroma de los narcisos en el aire caliente del cuarto! ¿Olían demasiado? ¡Oh, no, no! Y, sin embargo, como si no hubiese podido resistir más el intenso perfume, se echó en un sofá apretándose los ojos con las manos.



-¡Soy feliz, demasiado feliz! -dijo con un susurro.



Aún persistía en su retina, bajo los párpados cerrados, el hermoso peral, con todas las flores completamente abiertas como el símbolo de su vida. Realmente..., realmente..., lo tenía todo: era joven; Harry y ella se querían más que nunca, llevándose muy bien; tenía una niña adorable; no le agobiaban preocupaciones económicas; vivían en una hermosa casa, con jardín, que reunía todas las condiciones deseables, y tenían amigos, modernos e interesantes: escritores, pintores, poetas y hombres de mundo..., precisamente la clase de amistades que a ambos les gustaban. Y, para colmo de su dicha, había descubierto una modista maravillosa, el próximo verano saldrían de viaje por el extranjero, y su nueva cocinera sabía hacer unas tortillas sabrosísimas...



-¡Soy absurda, absurda! -murmuró levantándose. Pero notó que se sentía completamente aturdida, como embriagada. Sería seguramente la primavera. ¡Sí, era la primavera! Estaba tan cansada, que le costó trabajo subir a vestirse.



Se puso un vestido blanco, un collar de jade y zapatos verdes. Esta combinación no era casual. Lo había pensado tras muchas horas de haber visto el peral en flor por la ventana del salón. Los pliegues de su vestido crujieron suavemente cuando entró en el vestíbulo y besó a la señora Knight que estaba quitándose un extravagante abrigo color naranja, adornado con una procesión de monos negros que orlaban todo el borde y subían después por las solapas.



-No hago más que preguntarme -dijo- por qué será la clase media tan obtusa y tendrá tan poco sentido del humor. Querida mía, estoy aquí por pura casualidad, y gracias a Norman, que me ha servido de protección. Mis adorables monos han revuelto el tren entero de tal manera, que todos los ojos no eran ya más que un solo par. Se me comían, sencillamente. No se reían, no; no les producía risa, cosa que al fin me hubiese gustado. Sólo me miraban muy fijos, como si quisieran atravesarme.

-Pero lo gracioso del caso... -repuso Norman calándose un gran monóculo con montura de concha-. No te importa que lo cuente, ¿verdad, Cara? -En casa y entre amigos se llamaban Cara y Careto-. Lo gracioso fue que cuando Face estaba más enojada se volvió a la mujer que tenía a su lado y le dijo:"¿Es que nunca ha visto usted un mono?"

-¡Oh, sí! -y su esposa unió su risa a la de los demás-. Tuvo gracia,¿verdad?



Pero lo que resultó aún más divertido fue que, una vez quitado el famoso abrigo, la señora Knight parecía realmente un mono inteligente que se hubiese hecho un traje con tiras de papel de plátano. Y sus pendientes de ámbar eran como dos pequeñas nueces colgantes. Sonó otra vez el timbre de la puerta. Era Eddie Warren, delgado y pálido como de costumbre y en su estado de extrema angustia.



-Es ésta la casa ¿verdad? ¿Es ésta? -preguntó.

-Sí, supongo que sí -contestó riéndose Berta.

-He pasado un rato malísimo con el chofer de un taxi: tenía un aspecto de los más siniestros y no había forma de hacerlo parar. Cuando más tocaba en el cristal para avisarle, más corría él. Bajo el claro de luna, era una figura grotesca con la cabeza achatada hundida en el volante...

Al quitarse un inmenso pañuelo de seda blanco que le envolvía el cuello se estremeció. Berta observó que sus calcetines también eran blancos. ¡Una combinación realmente encantadora!

-¡Debió ser horrible! -le dijo.

-Sí, verdaderamente lo fue -continuó Eddie siguiéndola al salón-. Yo me veía rodando hacia la eternidad en un taxi sin taxímetro.

A Norman Knight ya lo conocía, pues estaba escribiendo una obra para su teatro.

-¿Qué tal, Warren? ¿Cómo va esa comedia? -le preguntó, dejando caer el monóculo y concediendo a su ojo un momento de libertad para que pudiera dilatarse a gusto antes de volver a quedar otra vez prisionero tras el cristal.

La señora Knight también se acercó a él.

-¡Oh, señor Warren! Sus calcetines son preciosos.

-Celebro que le gusten -dijo mirándose los pies-. A la luz de la luna producen mucho mayor efecto. -Y volviendo su rostro delgado y triste hacia Berta, añadió-: Porque esta noche hay luna, ¿no lo sabía usted?



Berta sintió ganas de gritar: "¡Estoy segura de que la hay con frecuencia, con mucha frecuencia!" Verdaderamente, Warren era muy atractivo; pero también lo era Cara, que estaba inclinada ante el fuego, con su vestido de pieles de plátano, y Careto, que, dejando caer la ceniza de su cigarrillo, preguntaba:



-Pero, ¿dónde está el novio?

-Ahora llega.

Se oyó abrir y cerrar de golpe la puerta de la calle y Harry gritó:

-¡Un saludo a todos! ¡Estaré listo dentro de cinco minutos!



Y subió corriendo la escalera. Berta no pudo contener una sonrisa. Sabía que a Harry le gustaba hacer las cosas a gran velocidad, aunque al fin y al cabo, ¿qué importaban cinco minutos más o menos? Pero él se convencía a sí mismo de que eran importantísimos y además luego tenía el puntillo de entrar en el salón muy lento y sosegado. Harry sabía exprimir a la vida todo su sabor y Berta lo admiraba por ello. También sentía admiración hacia él por su amor a la lucha, por dar en todo cuanto se le oponía una prueba de su fuerza y de su valor, aún cuando delante de personas que no lo conocían bien. Berta comprendía que este rasgo de su carácter lo ridiculizaba un tanto..., pues había momentos en los que se lanzaba a la lucha cuando ésta en realidad no existía. Hablando y riendo, Berta olvidó completamente que Perla Fulton no había llegado aún y no se dio cuenta de ello hasta que su marido entró en el salón exactamente como ella se había figurado.



-Estaba pensando si la señorita Fulton se habrá olvidado de nosotros...

-No me extrañaría -dijo Harry-. ¿Tiene teléfono?

-Ahora llega un taxi. -Y Berta sonrió con aquel aire de posesión que siempre adoptaba mientras sus nuevas amigas constituían para ella un misterio-. Es una mujer que vive en los taxis.

-Engordará demasiado si tiene esta costumbre -repuso Harry tranquilamente, tocando el gong para la cena-. Y eso es un terrible peligro para las rubias.

-Harry, por favor -le suplicó Berta riendo.



Esperaron todavía un momento hablando y riéndose como si tal cosa, pero quizá con demasiada naturalidad. Luego apareció la señorita Fulton con un vestido de tisú de plata y una cinta también de plata, sujetando sus rubios cabellos. Entró sonriendo y con la cabeza ladeada.



-¿Llego tarde? -preguntó.

-No, no, de ninguna manera -dijo Berta-. Venga. -Y, cogiéndola del brazo, la guió hasta el comedor.



¿Qué había en el contacto de su brazo frío que avivaba... que avivaba... y hacía arder aquel fuego de felicidad que Berta sentía en su interior sin saber cómo exteriorizarlo? La señorita Fulton no advirtió nada en su rostro porque rara vez miraba a las personas cara a cara. Sus espesas pestañas le caían sobre los ojos, y una extraña sonrisa bailaba en sus labios. Parecía vivir más para escuchar que para mirar. Pero de repente Berta sintió como si se hubiera cruzado entre las dos la más íntima mirada y se hubiesen dicho la una a la otra: "¿Tú también?". Y Perla Fulton, mientras movía la sopa rojiza en el plato gris, sintió lo mismo. ¿Y los demás? Cara y Careto, al igual que Eddie y Harry, hablaban de diversas cosas mientras subían y bajaban las cucharas, se secaban los labios, desmenuzaban el pan y tocaban los tenedores y los vasos. De cosas así:



-La conocí una noche de estreno en el Alfa. Es un ser de lo más fantástico. No sólo tenía muy recortado el pelo, sino que parecía también haberse quitado trocitos de sus piernas y brazos, un pedazo de cuello, y algo de su pobre nariz.

-¿No está muy ligada con Michael Oat?

-¿El autor de El amor con dentadura postiza?

-Ahora quiere escribir un monólogo para mí. El argumento es un hombre que decide suicidarse. Expone primero todas las razones por las cuales debería hacerlo y a continuación las que a su juicio se lo impiden y, en el preciso momento en que después de sopesar el pro y el contra toma una determinación, cae el telón. Es una idea bastante buena.

-¿Cómo va a titularla? ¿Digestión pesada?

-Creo haber visto la misma idea en una pequeña revista francesa casi desconocida en Inglaterra.



No, no; ninguno compartía los sentimientos que a ella le animaban, pero todos eran encantadores...¡todos! Le gustaba tenerlos allí, sentados a su mesa, dándoles manjares exquisitos y buenos vinos. Y le alegraba tanto su presencia, que hubiese querido decirles lo simpáticos que eran, y lo decorativo que a su juicio resultaba el grupo en el que cada uno parecía servir para hacer resaltar al otro, como si fueran personajes de una comedia de Anton Chejov. Harry estaba disfrutando con la comida. Formaba parte de su... no diremos exactamente, naturaleza, ni tampoco su actitud..., sino de su... algo... al hablar de los diversos platos y vanagloriarse de su "exagerada pasión por la carne blanca de la langosta" y "el verde de los helados de pistacho... tan verdes y fríos como los párpados de las danzarinas egipcias".



Cuando mirando a su esposa le dijo: "Berta, este soufflé es admirable", a ella le faltó poco para echarse a llorar de felicidad como una niña. ¡Oh! ¿Por qué sentía tanta ternura esta noche hacia el mundo entero? ¡Todo era bueno, todo justo! Cuanto ocurría colmaba más y más la copa rebosante de su dicha hasta hacerla desbordarse. Y constantemente, en lo profundo de su pensamiento, tenía fija la imagen del peral. Ahora debía ser todo de plata bajo la luz de la luna a la que ser refirió el pobre Eddie; plateado como la señorita Fulton , que estaba acariciando una mandarina con sus dedos largos y tan pálidos que parecían despedir una extraña y débil luz. Lo que Berta no llegaba a comprender -y en ello estaba precisamente el milagro- era cómo había podido adivinar exactamente y en el instante preciso el pensamiento de la señorita Fulton , porque no tenía la más leve duda de que lo había adivinado y, sin embargo, ¿en qué se había fundado? En casi nada; en menos que nada.



"Supongo que esto pasa alguna vez, aunque muy raramente, entre mujeres, pero nunca entre hombres -pensó Berta-. Tal vez mientras prepare el café en el salón, la señorita Fulton hará o dirá algo que ha comprendido." En realidad no sabía lo que quería decir con esto. ¡Tampoco imaginaba lo que pasaría después! Mientras pensaba de este modo se daba cuenta de que seguía hablando y riendo. Tenía que hacerlo así porque no le era posible contener su alegría.



"Tengo que reírme -se dijo- , si no, me moriría."

Y cuando se dio cuenta de la extraña costumbre que Cara tenía de meterse la mano en el escote de su vestido, como si guardara allí una diminuta y secreta provisión de avellanas, Berta tuvo que clavarse las uñas en las manos para no estallar en una carcajada.

Por fin terminaron de cenar.

-Vengan a ver mi nueva cafetera exprés -les dijo.

-Cada quince días tenemos una nueva -comentó Harry.

Esta vez fue Cara quien la cogió del brazo. La señorita Fulton las siguió con la cabeza ladeada. El fuego del salón convertido en ascuas brillaba como un ojo intenso y vacilante hecho "un nido de pequeños Fénix", como dijo Cara.

-No encienda todavía la luz. ¡Es tan bonito!- Y volvió a inclinarse cerca de las brasas. Siempre tenía frío. "Sin duda lo siento hoy porque no lleva su caquetita de lana roja", pensó Berta.

Y en aquel instante la señorita Fulton hizo el signo de inteligencia esperado.

-¿Tienen ustedes jardín? -preguntó con voz tranquila y soñadora.

Pronunció estas palabras de una manera tan delicada, que Berta no pudo hacer más que obedecer. Atravesó el cuarto, y descorriendo las cortinas abrió los anchos ventanales.

-¡Aquí está! -murmuró.



Y las dos mujeres juntas contemplaron el esbelto árbol en flor. Lo vieron como la llama de una vela que se alargaba en punta, temblando en el aire tranquilo. Y mientras lo miraban les pareció que crecía más y más, casi hasta tocar el borde de la luna plateada. ¿Cuánto tiempo estuvieron así? Fue como si ambas hubieran sido aprisionadas por aquel círculo de luz sobrenatural; como si fueran dos seres de otro planeta que, perfectamente compenetrados, se preguntasen lo que estaban haciendo en este mundo, yendo como iban cargadas con aquel tesoro de felicidad que ardía en sus pechos y caía hecho de flores de plata de su cabeza y de sus manos.



¿Estuvieron así una eternidad?... ¿un momento? La señorita Fulton murmuró:

-Sí, eso es -¿o soñó Berta que lo decía?

Luego alguien encendió la luz y, mientras Cara hacía el café, Harry dijo:

-Mi querida señora Knight, no me pregunte por mi hija, porque no la veo casi nunca. No quiero ocuparme de ella hasta que tenga novio-. Careto se quitó un momento el monóculo y enseguida volvió a ponérselo. Eddie Warren se tomó el café y dejó la taza con una expresión de angustia, como si al beber hubiera visto una araña.

-Lo que yo quiero es dar una oportunidad a los jóvenes -dijo Careto-. Creo que Londres está lleno de obras muy buenas, unas escritas y otras por escribir. A todos ellos quiero decirles: "Aquí hay un teatro; trabajen y adelante".

-¿No sabe usted, amigo -dijo la señora Knight-, que voy a decorar una habitación para los Jacob Narthan? Estoy tentada de llevar a la práctica una idea que tengo. Hacer una decoración a base de pescado frito: los respaldos de las sillas tendrían la forma de una sartén y en las cortinas irían bordadas unas lindas papas fritas haciendo dibujos.

-El inconveniente de nuestros jóvenes escritores -continuó Careto- es que aún son demasiado románticos. No es posible viajar por mar sin marearse y sin tener que echar mano de una palangana. Pero, ¿por qué no tienen el valor de decir que ésta se necesita?

-Un poema horrible que trataba de una niña a la que un mendigo sin nariz violaba en un bosquecillo.

La señorita Fulton se sentó en el sillón más bajo y hondo y Harry le ofreció cigarrillos. Se puso delante de ella y presentándole la pitillera de plata le dijo fríamente:

-¿Egipcios? ¿Turcos? ¿Virginia? Están todos mezclados.



Berta entonces comprendió que la señorita Fulton no sólo no le gustaba a Harry, sino que le molestaba. Y comprendió también, por el modo en que la señorita Fulton le contestó que no deseaba fumar, que esta antipatía la percibía y ofendía... "¡Oh, Harry!" ¿Por qué no te agrada? Estás equivocado. Es extraordinaria, y, además, ¿cómo es posible que te sientas tan alejado de una persona que significa tanto para mí? Cuando estemos acostados trataré de explicarte lo que ambas hemos sentido esta noche", se dijo. Y con las últimas palabras, algo extraño y casi espantoso cruzó por la mente de Berta. Y este algo ciego y sonriente le susurró: "Pronto se marcharán todos. Se apagarán las luces, y tú y él se quedarán solos, metidos en la cama caliente, con el dormitorio a oscuras..."



Se levantó rápidamente de la silla y corrió hacia el piano.

-¡Es una lástima que nadie sepa tocar! -dijo alto-. ¡Una verdadera lástima!

Por primera vez en su vida, Berta Young deseaba a su marido. Antes sí, lo quería... estaba enamorada de él, pero de otras muy distintas maneras, no precisamente como ahora. Y también había comprendido que él era diferente. Lo habían discutido muchas veces. Al principio, a ella le había preocupado mucho descubrir que era tan fría; pero al cabo de algún tiempo pareció que aquello no tenía la menor importancia. Se trataban con entera confianza, eran muy buenos compañeros y, a su entender, esto era lo mejor de los modernos matrimonios. Pero ahora lo deseaba, ¡ardientemente, ardientemente! Esta sola palabra la sentía de una forma dolorosa en su cuerpo abrasado. ¿Era esto lo que aquella sensación de felicidad significaba? Pero, ¡entonces, entonces!...



-Querida mía -dijo la señora Knight-. Ya conoce usted nuestras desgracias: somos víctimas del tiempo y del tren. Vivimos en Hampstead y debemos retirarnos. Hemos pasado una agradable velada.

-Los acompañaré hasta el vestíbulo -dijo Berta-. No desearía que se marcharan aún, pero comprendo que no deben perder el último tren. ¡Es tan desagradable!, ¿verdad?

-Tome antes otro whisky, Knight -dijo Harry.

-No, gracias.

Como reconocimiento por esta palabra, Berta, al darle la mano, se la estrechó un poco más.

-¡Adiós! ¡Buenas noches! -les gritó desde la escalera, notando que su viejo ser se despedía de ellos para siempre. Cuando volvió al salón, los demás se disponían también a marcharse.

-Usted podrá ir parte de su trayecto en mi taxi -dijo la señorita Fulton a Warren.

-Me alegra mucho. Así no tendré que hacer solo otro viaje después de la horrible aventura de esta tarde.

-Encontrarán una parada al final de la calle. Sólo tendrán que andar unos metros.

-¡Qué cómodo! Voy a ponerme el abrigo.

La señorita Fulton se dirigió hacia el vestíbulo. Berta iba a seguirla cuando Harry se adelantó:

-Yo la acompañaré -dijo.



Berta comprendió que su esposo se arrepentía de la poca amabilidad anterior... y dejó que fuera él. ¡Era a veces tan niño en su comportamiento... tan impulsivo... tan sencillo! Y Berta se quedó con Eddie junto al fuego.



-¿Ha leído el nuevo poema de Bilk Table d´Hote? -le preguntó Eddie lentamente-. ¡Es magnífico! Está en la última antología. ¿Tiene usted el volumen? Me gustaría podérselo enseñar. Empieza con un verso increíblemente maravilloso: "¿Por qué darán siempre sopa de tomate?"

-Sí -dijo Berta. Y se dirigió silenciosamente a una mesita que estaba al lado de la puerta, seguida de Eddie. Tomó el librito y se lo dio, sin que ni él ni ella hubiesen hecho el más leve ruido.



Mientras Eddie buscaba la página correspondiente, Berta volvió la cabeza hacia el vestíbulo y vio a Harry con el abrigo de la señorita Fulton en las manos y a ésta de espaldas a él con la cabeza ladeada. Harry arrojó de pronto el abrigo, la cogió por los hombros y la hizo volverse violentamente. Sus labios dijeron:



-Te adoro.

La señorita Fulton le puso sus manos con aquellos dedos como rayos de luna en el rostro y le sonrió con su sonrisa de perezosa. Harry entonces se estremeció y sus labios dibujaron una terrible mueca mientras decían en voz baja:

-¿Mañana?

Y la señorita Fulton , bajando los párpados, contestó:

-Sí.

-¡Aquí está! -exclamó Eddie-. "¿Por qué darán siempre sopa de tomate?". Es completamente cierto. ¿No le parece? La sopa de tomate es desesperadamente eterna.

-Si lo desea -dijo Harry en el vestíbulo- puedo pedirle un taxi por teléfono.

-No es necesario -contestó la señorita Fulton. Y acercándose a Berta le tendió sus dedos levísimos-. Adiós, y mil gracias.

-Adiós -dijo Berta.

La señorita Fulton le estrechó un poco más la mano.

-¡Su hermoso peral...! -murmuró.

Y se fue. Eddie la siguió, como el gato negro había seguido al gato gris.

-Bueno, cerremos la tienda -dijo Harry extraordinariamente frío y sereno.

"¡Su hermoso peral!...¡Su hermoso peral!..."

Berta corrió hacia la ventana.

-¿Qué va a pasar ahora? -gritó.


Y el peral alto y esbelto, cargado de flores, seguía inmóvil como la llama de una vela que alargándose estuviera casi a punto de tocar el borde plateado de la luna.





La Mosca (The Fly) es un relato de la escritora neocelandesa Katherine Mansfield, publicado en 1922 como parte de su antología El nido de la paloma y otras historias (The Dove's Nest and Other Stories)




Katherine Mansfield elige lo inevitable de la muerte, y la imposibilidad humana para aceptar este hecho (aceptación que de concretarse impediría el arte, por ejemplo) como elementos medulares del relato. Otros ven directamente en La Mosca una reacción natural ante los horrores de la primera guerra mundial.







La Mosca.

The Fly, Katherine Mansfield (1888-1923)





-Pues sí que está usted cómodo aquí -dijo el viejo señor Woodifield con su voz de flauta. Miraba desde el fondo del gran butacón de cuero verde, junto a la mesa de su amigo el jefe, como lo haría un bebé desde su cochecito. Su conversación había terminado; ya era hora de marchar. Pero no quería irse. Desde que se había retirado, desde su... apoplejía, la mujer y las chicas lo tenían encerrado en casa todos los días de la semana excepto los martes. El martes lo vestían y lo cepillaban, y lo dejaban volver a la ciudad a pasar el día. Aunque, la verdad, la mujer y las hijas no podían imaginarse qué hacía allí. Suponían que incordiar a los amigos... Bueno, es posible. Sin embargo, nos aferramos a nuestros últimos placeres como se aferra el árbol a sus últimas hojas. De manera que ahí estaba el viejo Woodifield, fumándose un puro y observando casi con avidez al jefe, que se arrellanaba en su sillón, corpulento, rosado, cinco años mayor que él y todavía en plena forma, todavía llevando el timón. Daba gusto verlo.



Con melancolía, con admiración, la vieja voz añadió:

-Se está cómodo aquí, ¡palabra que sí!

-Sí, es bastante cómodo -asintió el jefe mientras pasaba las hojas del Financial Times con un abrecartas. De hecho estaba orgulloso de su despacho; le gustaba que se lo admiraran, sobre todo si el admirador era el viejo Woodifield. Le infundía un sentimiento de satisfacción sólida y profunda estar plantado ahí en medio, bien a la vista de aquella figura frágil, de aquel anciano envuelto en una bufanda.

-Lo he renovado hace poco -explicó, como lo había explicado durante las últimas, ¿cuántas?, semanas-. Alfombra nueva -y señaló la alfombra de un rojo vivo con un dibujo de grandes aros blancos-. Muebles nuevos -y apuntaba con la cabeza hacia la sólida estantería y la mesa con patas como de caramelo retorcido-. ¡Calefacción eléctrica! -con ademanes casi eufóricos indicó las cinco salchichas transparentes y anacaradas que tan suavemente refulgían en la placa inclinada de cobre.



Pero no señaló al viejo Woodifield la fotografía que había sobre la mesa. Era el retrato de un muchacho serio, vestido de uniforme, que estaba de pie en uno de esos parques espectrales de estudio fotográfico, con un fondo de nubarrones tormentosos. No era nueva. Estaba ahí desde hacía más de seis anos.



-Había algo que quería decirle -dijo el viejo Woodifield, y los ojos se le nublaban al recordar-. ¿Qué era? Lo tenía en la cabeza cuando salí de casa esta mañana. -Las manos le empezaron a temblar y unas manchas rojizas aparecieron por encima de su barba.



Pobre hombre, está en las últimas, pensó el jefe. Y sintiéndose bondadoso, le guiñó el ojo al viejo y dijo bromeando:



-Ya sé. Tengo aquí unas gotas de algo que le sentará bien antes de salir otra vez al frío. Es una maravilla. No le haría daño ni a un niño.



Extrajo una llave de la cadena de su reloj, abrió un armario en la parte baja de su escritorio y sacó una botella oscura y rechoncha.



-Ésta es la medicina -exclamó-. Y el hombre de quien la adquirí me dijo en el más estricto secreto que procedía directamente de las bodegas del castillo de Windsor.



Al viejo Woodifield se le abrió la boca cuando lo vio. Su cara no hubiese expresado mayor asombro si el jefe hubiera sacado un conejo.



-¿Es whisky, no? -dijo débilmente.

El jefe giró la botella y cariñosamente le enseñó la etiqueta. En efecto, era whisky.

-Sabe -dijo el viejo, mirando al jefe con admiración- en casa no me dejan ni tocarlo-. Y parecía que iba a echarse a llorar.

-Ah, ahí es donde nosotros sabemos un poco más que las señoras -dijo el jefe, doblándose como un junco sobre la mesa para alcanzar dos vasos que estaban junto a la botella del agua, y sirviendo un generoso dedo en cada uno-. Bébaselo, le sentará bien. Y no le ponga agua. Sería un sacrilegio estropear algo así. ¡Ah! -Se tomó el suyo de un trago; luego se sacó el pañuelo, se secó apresuradamente los bigotes y le hizo un guiño al viejo Woodifield, que aún saboreaba el suyo.



El viejo tragó, permaneció silencioso un momento, y luego dijo débilmente:



-¡Qué fuerte!

Pero lo reconfortó; subió poco a poco hasta su entumecido cerebro... y recordó.

-Eso era -dijo, levantándose con esfuerzo de la butaca-. Supuse que le gustaría saberlo. Las chicas estuvieron en Bélgica la semana pasada para ver la tumba del pobre Reggie, y dio la casualidad que pasaron por delante de la de su chico. Por lo visto quedan bastante cerca la una de la otra.



El viejo Woodifield hizo una pausa, pero el jefe no contestó. Sólo un ligero temblor en el párpado demostró que estaba escuchando.



-Las chicas estaban encantadas de lo bien cuidado que está todo aquello -dijo la vieja voz-. Lo tienen muy bonito. No estaría mejor si estuvieran en casa. ¿Usted no ha estado nunca, verdad?

-¡No, no! -Por varias razones el jefe no había ido.

-Hay kilómetros enteros de tumbas -dijo con voz trémula el viejo Woodifield- y todo está tan bien cuidado que parece un jardín. Todas las tumbas tienen flores. Y los caminos son muy anchos. -Por su voz se notaba cuánto le gustaban los caminos anchos.



Hubo otro silencio. Luego el anciano se animó sobremanera.



-¿Sabe usted lo que les hicieron pagar a las chicas en el hotel por un bote de confitura? -dijo-. ¡Diez francos! A eso yo le llamo un robo. Dice Gertrude que era un bote pequeño, no más grande que una moneda de media corona. No había tomado más que una cucharada y le cobraron diez francos. Gertrude se llevó el bote para darles una lección. Hizo bien; eso es querer hacer negocio con nuestros sentimientos. Piensan que porque hemos ido allí a echar una ojeada estamos dispuestos a pagar cualquier precio por las cosas. Eso es. -Y se volvió, dirigiéndose hacia la puerta.



-¡Tiene razón, tiene razón! -dijo el jefe. aunque en realidad no tenía idea de sobre qué tenía razón. Dio la vuelta a su escritorio y siguiendo los pasos lentos del viejo lo acompañó hasta la puerta y se despidió de él. Woodifield se había marchado.



Durante un largo momento el jefe permaneció allí, con la mirada perdida, mientras el ordenanza de pelo canoso, que lo estaba observando, entraba y salía de su garita como un perro que espera que lo saquen a pasear. De pronto:



-No veré a nadie durante media hora, Macey -dijo el jefe-. ¿Ha entendido? A nadie en absoluto.

-Bien, señor.



La puerta se cerró, los pasos pesados y firmes volvieron a cruzar la alfombra chillona, el fornido cuerpo se dejó caer en el sillón de muelles y echándose hacia delante, el jefe se cubrió la cara con las manos. Quería, se había propuesto, había dispuesto que iba a llorar...



Le había causado una tremenda conmoción el comentario del viejo Woodifield sobre la sepultura del muchacho. Fue exactamente como si la tierra se hubiera abierto y lo hubiera visto allí tumbado, con las chicas de Woodifield mirándolo. Porque era extraño. Aunque habían pasado más de seis años, el jefe nunca había pensado en el muchacho excepto como un cuerpo que yacía sin cambio, sin mancha, uniformado, dormido para siempre. «¡Mi hijo!», gimió el jefe. Pero las lágrimas todavía no acudían. Antes, durante los primeros meses, incluso durante los primeros años después de su muerte, bastaba con pronunciar esas palabras para que lo invadiera una pena inmensa que sólo un violento episodio de llanto podía aliviar. El paso del tiempo, había afirmado entonces, y así lo había asegurado a todo el mundo, nunca cambiaría nada. Puede que otros hombres se recuperaran, puede que otros lograran aceptar su pérdida, pero él no. ¿Cómo iba a ser posible? Su muchacho era hijo único. Desde su nacimiento el jefe se había dedicado a levantar este negocio para él; no tenía sentido alguno si no era para el muchacho. La vida misma había llegado a no tener ningún otro sentido. ¿Cómo diablos hubiera podido trabajar como un esclavo, sacrificarse y seguir adelante durante todos aquellos años sin tener siempre presente la promesa de ver a su hijo ocupando su sillón y continuando donde él había abandonado?



Y esa promesa había estado tan cerca de cumplirse. El chico había estado en la oficina aprendiendo el oficio durante un año antes de la guerra. Cada mañana habían salido de casa juntos; habían regresado en el mismo tren. ¡Y qué felicitaciones había recibido por ser su padre! No era de extrañar; se desenvolvía maravillosamente. En cuanto a su popularidad con el personal, todos los empleados, hasta el viejo Macey, no se cansaban de alabarlo. Y no era en absoluto un mimado. No, él siempre con su carácter despierto y natural, con la palabra adecuada para cada persona, con aquel aire juvenil y su costumbre de decir: «¡Sencillamente espléndido!».



Pero todo eso había terminado, como si nunca hubiera existido. Había llegado el día en que Macey le había entregado el telegrama con el que todo su mundo se había venido abajo. Sentimos profundamente informarle que...» Y había abandonado la oficina destrozado, con su vida en ruinas.



Hacía seis años, seis años... ¡Qué rápido pasaba el tiempo! Parecía que había sido ayer. El jefe retiró las manos de la cara; se sentía confuso. Algo parecía que no funcionaba. No estaba sintiéndose como quería sentirse. Decidió levantarse y mirar la foto del chico. Pero no era una de sus fotografías favoritas; la expresión no era natural. Era fría, casi severa. El chico nunca había sido así. En aquel momento el jefe se dio cuenta de que una mosca se había caído en el gran tintero y estaba intentando infructuosamente, pero con desesperación, salir de él. ¡Socorro, socorro!, decían aquellas patas mientras forcejeaban. Pero los lados del tintero estaban mojados y resbaladizos; volvió a caerse y empezó a nadar. El jefe tomó una pluma, extrajo la mosca de la tinta y la depositó con una sacudida en un pedazo de papel secante. Durante una fracción de segundo se quedó quieta sobre la mancha oscura que rezumaba a su alrededor. Después las patas delanteras se agitaron, se afianzaron y, levantando su cuerpecillo empapado, empezó la inmensa tarea de limpiarse la tinta de las alas. Por encima y por debajo, por encima y por debajo pasaba la pata por el ala, como lo hace la piedra de afilar por la guadaña. Luego hubo una pausa mientras la mosca, aparentemente de puntillas, intentaba abrir primero un ala y luego la otra. Por fin lo consiguió, se sentó y empezó, como un diminuto gato, a limpiarse la cara. Ahora uno podía imaginarse que las patitas delanteras se restregaban con facilidad, alegremente. El horrible peligro había pasado; había escapado; estaba preparada de nuevo para la vida.



Pero justo entonces el jefe tuvo una idea. Hundió otra vez la pluma en el tintero, apoyó su gruesa muñeca en el secante y mientras la mosca probaba sus alas, una enorme gota cayó sobre ella. ¿Cómo reaccionaría? ¡Buena pregunta! La pobre criatura parecía estar absolutamente acobardada, paralizada, temiendo moverse por lo que pudiera acontecer después. Pero entonces, como dolorida, se arrastró hacia delante. Las patas delanteras se agitaron, se afianzaron y, esta vez más lentamente, reanudó la tarea desde el principio.



Es un diablillo valiente -pensó el jefe- y sintió verdadera admiración por el coraje de la mosca. Así era como se debían de acometer los asuntos; ésa era la actitud. Nunca te dejes vencer; sólo era cuestión de... Pero una vez más la mosca había terminado su laboriosa tarea y al jefe casi le faltó tiempo para recargar la pluma, y descargar otra vez la gota oscura de lleno sobre el recién aseado cuerpo. ¿Qué pasaría esta vez? Siguió un doloroso instante de incertidumbre. Pero ¡atención!, las patitas delanteras volvían a moverse; el jefe sintió una oleada de alivio. Se inclinó sobre la mosca y le dijo con ternura: «Ah, astuta cabroncita». Incluso se le ocurrió la brillante idea de soplar sobre ella para ayudarla en el proceso de secado. Pero a pesar de todo, ahora había algo de tímido y débil en sus esfuerzos, y el jefe decidió que ésta tendría que ser la última vez, mientras hundía la pluma hasta lo más profundo del tintero.



Lo fue. La última gota cayó en el empapado secante y la extenuada mosca quedó tendida en ella y no se movió. Las patas traseras estaban pegadas al cuerpo; las delanteras no se veían.



-Vamos -dijo el jefe-. ¡Espabila! -Y la removió con la pluma, pero en vano. No pasó nada, ni pasaría. La mosca estaba muerta.



El jefe levantó el cadáver con la punta del abrecartas y lo arrojó a la papelera. Pero lo invadió un sentimiento de desdicha tan agobiante que verdaderamente se asustó. Se inclinó hacia delante y tocó el timbre para llamar a Macey.



-Tráigame un secante limpio -dijo con severidad- y dese prisa. -Y mientras el viejo perro se alejaba con un paso silencioso, empezó a preguntarse en qué había estado pensando antes. ¿Qué era? Era... Sacó el pañuelo y se lo pasó por delante del cuello de la camisa. Aunque le fuera la vida en ello no se podía acordar.





Katherine Mansfield (1888-1923)